jueves, abril 25

Por la cuarentena, Argentina tendrá la peor recesión económica entre mas de 45 países analizados

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Los resultados surgen a raíz de un estudio de la OCDE que estima que la economía argentina caerá un 12,9% este año

El estudio que mejoró las previsiones de actividad, desde las posiciones más pesimistas que había reflejado en septiembre pasado, ubica a la recesión de la Argentina como la más profunda que espera entre los 46 países que analiza. Según el informe dado a conocer hoy, la economía argentina caerá 12,9%, seguida de cerca por España con el 11,6% y el Reino Unido con el 11,2%.

La OCDE espera que la economía mundial cobre impulso en los próximos dos años y se prevé que el crecimiento real del producto interno bruto (PIB) alcance los niveles prepandemia a finales de 2021.

Pero más allá de la perspectiva global, el informe se detiene a analizar caso por caso el impacto de la pandemia en la economía de los países relevados. Y en el de la Argentina, hizo hincapié sobre el efecto negativo que tuvieron las largas medidas de confinamiento y los crecientes desequilibrios macroeconómicos. También valoró la protección a los ingresos de hogares y empresas emprendida por el Estado, pero advirtió sobre el costo fiscal de esas medidas.

El largo encierro ha afectado gravemente a los servicios turísticos, de ocio, sanitarios, sociales y personales de gran intensidad de mano de obra. El empleo ha disminuido notablemente, en particular entre los trabajadores poco calificados y los trabajadores informales. Esto pesa sobre los ingresos de los hogares y frena el consumo privado, a pesar de algunas mejoras recientes, entre ellas el gasto en bienes duraderos. La limitada reapertura que comenzó a finales de abril permitió un repunte de la actividad manufacturera y de la construcción”, afirmó el reporte.

La política fiscal ha apoyado a los hogares pobres y vulnerables mediante primas únicas, pagos en especie y el refuerzo de las prestaciones de desempleo (1,5% del PBI), los subsidios salariales y la reducción de las obligaciones fiscales de la nómina han ayudado a algunas empresas, compensando parcialmente los costos de una prohibición generalizada de los despidos durante 240 días. La respuesta a la crisis ha exacerbado el elevado déficit fiscal, que se ha financiado mediante transferencias del banco central, y la oferta monetaria ha aumentado considerablemente. Los recientes anuncios de políticas sugieren que se están haciendo más esfuerzos para aprovechar los mercados de capital nacionales y que se depende menos de la financiación monetaria en el futuro”, señaló el reporte.

Pese a que se espera un rebote en 2021 y 2022, la recuperación económica del país sera mas lenta que la de países europeos o incluso vecinos de la región por los desequilibrios macroeconómicos que arrastra.

Esto es porque “es poco probable que la inversión y la confianza de los consumidores repunten antes de que se resuelvan las incertidumbres macroeconómicas y la pandemia disminuya. La reciente flexibilización de las medidas de confinamiento apoyará la recuperación de algunos sectores de servicios, pero las medidas de distanciamiento físico y los brotes locales esporádicos amortiguarán las perspectivas de una rápida recuperación”.

También, las previsiones de una recuperación lenta se sustentan en que “las quiebras y las pérdidas de puestos de trabajo aumentarán una vez que expiren los actuales subsidios salariales para los trabajadores del sector estructurado y la prohibición de los despidos. Esto se sumará a la elevada tasa de desempleo y debilitará la demanda interna. Las presiones inflacionarias se intensificarán una vez que se relajen los estrictos controles de precios y la demanda interna se recupere”.

Por último, el informe sobre el país propone ciertas medidas para atenuar la crisis económica: “Una estrategia fiscal creíble a mediano plazo centrada en la mejora de la eficiencia del gasto público y en la reducción de las exenciones fiscales regresivas y los regímenes especiales podría allanar el camino para reducir los desequilibrios macroeconómicos. La protección social podría reforzarse aprovechando los planes de transferencia de efectivo existentes y reduciendo al mismo tiempo el costo de la creación de puestos de trabajo (…). Esto también apoyaría el necesario ajuste estructural posterior a la crisis”, agregó.

“El fortalecimiento de la confianza en las instituciones públicas, incluidos un poder judicial y un banco central independientes, ayudaría a reconstruir la tan necesaria confianza”, concluyó por último.