El cepillado corporal -en seco o en húmedo- es un ritual de belleza que libra de las células muertas, mejorando y mucho el aspecto de tu piel y activando la circulación.
Las cerdas deben ser más o menos suaves, dependiendo de si se va a usar en seco o en húmedo. Estos son los pasos para hacerlo:
– De forma suave. No hace falta presionar porque el objetivo es la linfa, no el músculo.
– El orden para pasarlo importa. Empezar por el pie y seguir por la pierna hacia arriba (en dirección al corazón). En los brazos también se empieza por la mano y se va subiendo hacia el hombro.
– Los movimientos sobre la piel deben ser suaves, además de cortos y rectos, no necesariamente en círculos.
– En la zona del abdomen se pasa suavemente, esta vez sí con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj.
– No se recomienda pasarlo por el rostro ni por los pezones y areolas.
– Siempre hay que terminar con la espalda.
– Se puede aumentar la presión en codos, rodillas y talones.
Debe durar entre 3 y 5 minutos. Puede ser en seco luego de la ducha o húmedo mientras te bañás. Luego ponete crema. Si lo hacés en seco, podés poner un poco de aceite en el cepillo, si es húmedo, hacelo con agua, jabón o exfoliante corporal (no todos los días) y al terminar, enjuagá el cuerpo porque el cepillo suelta cerdas en algunas pasadas. Secate a golpecitos para dejar la piel ligeramente húmeda, lo que facilita la aplicación de aceite o body milk.
Fuente: Guapísimas
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