domingo, septiembre 29

Por qué la Iglesia católica vincula a algunas vacunas con el aborto

0
509

Los científicos indicaron que “la mejor vacuna es la que cada quien pueda ponerse primero”. Sin embargo, la Iglesia católica tomó postura frente algunas vacunas.

Fuente: BBC

La Iglesia católica siempre mantuvo su postura en contra del aborto. Pero, ¿cuál es la relación del aborto con las vacunas para el COVID-19?. Si bien los científicos indicaron que “la mejor vacuna es la que cada quien pueda ponerse primero”, desde la Iglesia manifestaron que no están de acuerdo con todas las vacunas del coronavirus.

La justificación del Vaticano es que en el desarrollo de algunas vacunas contra la COVID-19 se utilizaron líneas celulares que son cultivos de células que crecen en un laboratorio, replicándose a partir de un tejido originario. Es por eso que en el desarrollo de las mismas,  algunas compañías han utilizado dos líneas celulares cuyo origen fueron dos fetos producto de abortos.

Estos abortos ocurrieron hace décadas, de manera legal y espontánea. Los científicos advirtieron que no fueron inducidos. De igual manera, la Iglesia cuestionó qué tan moral es una vacuna, con base en cuán directa y cercana es su relación con un aborto.

Las líneas celulares son muy útiles en el desarrollo de vacunas y medicamentos, investigaciones genéticas y medicina regenerativa. En el caso de las vacunas, sirven como huésped en el que un virus se reproduce para estudiarlo. O para modificarlo, separarlo de las células de la línea y añadirlo a la vacuna para que genere una respuesta inmune.

Al momento de evaluar lo moralidad de una vacuna, la Iglesia católica tiene en cuenta qué tan directa es su conexión con un aborto versus la urgencia de vacunarse para lograr el bien común.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna son sintéticas. De esta manera, no requirieron el uso de líneas celulares en la etapa específica de fabricación de la vacuna. Sin embargo, en una etapa previa ambas compañías sí usaron cultivos de líneas celulares para confirmar que sus vacunas funcionaban en células humanas.

El origen de esta línea es un feto producto de un aborto legal ocurrido en 1973 en Holanda, según indica el Proyecto para el Conocimiento de Vacunas de la Universidad de Oxford.

Es el mismo caso que la vacuna de Oxford-AstraZeneca. A diferencia que esta vez, sí fue utilizado en la etapa de producción. Los creadores de esta vacuna utilizan esa línea celular como una incubadora en la que se reproduce un virus modificado, que luego se incluye en la vacuna y ayuda al cuerpo humano a entrenar sus defensas en caso de que se infecte del verdadero SARS-CoV-2.

Por su parte, la vacuna de Janssen/Johnson & Johnson utiliza una tecnología similar a la de Oxford-AstraZeneca, pero a partir de otra línea celular llamada PER.C6. En este caso, las células de la línea PER.C6 sirven como el medio de cultivo de un virus modificado, que luego se incluye en la vacuna y es el que le enseña al sistema inmune a reconocer y neutralizar el virus que causa la COVID-19.