Economía
Si bien el volumen de operaciones este año es menor, por la crisis económica, la penetración de este segmento aumentó ante la escasez de otros modelos que, además, son más caros. Esperan que supere 20%.
Toyota Hilux lidera las ventas hace años.
El mercado automotor está viviendo un momento muy especial. Las consecuencias de la pandemia sumado a las trabas para importar por la escasez de dólares están generando cambios en el comportamiento de la demanda. El más significativo se produce en el segmento de las pickups nacionales que, en medio de la crisis general, están aumentando su participación en las ventas. Si se toman los patentamientos de agosto pasado y se los compara con el mismo mes del 2019, se registra un crecimiento de 3,5 puntos porcentuales de market share. Del 12,5% que representaban las operaciones de estos vehículos un año atrás se pasó a 16% al cierre de agosto último. Este crecimiento, en tan poco tiempo, ya de por sí es importante pero las proyecciones para los próximos meses que realizan las automotrices muestran que es una tendencia que se irá profundizando. Está claro que la cantidad de unidades que se venderán este año estarán por debajo que en 2019 ya que el mercado será, por lo menos, 30% menor. El crecimiento está marcado por la relación con otros segmentos.
En el país, hay cuatro terminales que producen pickups. Toyota lidera las ventas desde hace años con su modelo Hilux. Volkswagen, con la Amarok, le sigue los pasos y la Ranger de Ford es el otro jugador en la disputa. Más atrás viene Nissan con la Frontier nacional que comenzó a producirse hace menos de dos años y todavía está en etapa de posicionamiento.
La expansión del segmento de las pickups estuvo atada, durante los últimos años, a la mejora de la actividad de sectores como el agro, la minería y el petróleo pero, en estos últimos meses, se aceleró por cuestiones macroeconómicas. Las trabas a las importaciones están generando que haya menor oferta de modelos importados de segmentos como los SUV de gama alta. A esto se suma que estos vehículos están alcanzados por el recargo de Impuestos Internos mientras que las pickups están eximidas de ese tributo. La combinación de menor oferta y precios más altos alienta esta migración de segmentos. Si bien no son vehículos técnicamente comparables, hay similitudes que hacen que la gente se vuelque a las pickups ante la imposibilidad de adquirir otro tipo de modelos. En ese punto, las ganadoras son las versiones más equipadas de las “chatas” nacionales – consideradas urbanas – con niveles de confort y prestaciones que se acercan a algunos SUV. El factor del costo no es menor ya que entre unos y otros puede haber una diferencia de hasta 30%. La demanda de los sectores productivos antes mencionados se centra en las versiones de entrada de gama y características pensadas para el trabajo.
Las estimaciones de que el segmento de las pickups seguirá ganando participación se basa en estas restricciones sobre vehículos importados más el incremento de la producción de los modelos nacionales. Con el inicio de la cuarentena, las plantas quedaron cerradas por dos meses. Su regreso se produjo con un nivel bajo de actividad debido a las exigencias de protocolos sanitarios que no permiten trabajar a mayor ritmo. En las últimas semanas, esta situación se va normalizando y los fabricantes de pickup han anunciado la incorporación de los segundos turnos de producción. Esto hará que la oferta de estos vehículos tienda a normalizarse en los próximos meses mientras que todo indica que la importación seguirá limitada. Cuando esa mayor disponibilidad de unidades llegue a las concesionarias y se transformen en operaciones concretas, la participación del segmento crecerá. Desde algunas terminales, imaginan un piso de 20% para el 2021, como consecuencia de menor incidencia de vehículos importados y suba de las operaciones de vehículos nacionales. Es decir que por cada cinco vehículos que se vendan uno será una pickup “made in Argentina”. Esto marcará un récord en su penetración respecto a las ventas totales y estaría en línea con la intención que tiene el Gobierno de reducir el déficit comercial del sector.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad hay una demanda insatisfecha por falta de unidades como consecuencia de la lenta recuperación fabril por las medidas sanitarias. Esa demanda está sobrealimentada por la brecha cambiaria que existe entre el dólar y el blue. Como los 0 km se rigen por la cotización oficial, quienes tengan ahorros en billetes verdes logran una ganancia considerable al venderlos en el mercado paralelo. En las concesionarias admiten que tienen 3 o 4 compradores por cada vehículo disponible. Cuando la oferta logre cubrir esa demanda, el market share de las pickups será mayor. También hay que tener en cuenta que la oferta interna compite con las necesidades de exportación que tienen estas automotrices ya que alrededor del 70% de su producción se vende en el exterior con una ganancia mayor. Es por eso que, en muchos casos, el abastecimiento interno está condicionado por los compromisos del exterior.