Es aconsejable cualquier tipo de deporte que no sea ni peligroso ni extenuante. Es decir, que no suponga un sobre-esfuerzo físico. Por tanto, son ejercicios adecuados caminar a paso ligero o pasear, hacer natación suave.
Practicarlos diariamente, entre 30 a 60 minutos cada vez. No tenés que esforzarte demasiado o pedir más a tu cuerpo de lo que éste te puede dar: hacerlo con calma, de forma relajada, y sobre todo disfrutando de la actividad física.
Si anteriormente al embarazo practicabas algunos ejercicios como los deportes de raqueta, la gimnasia deportiva o la equitación, podés hacerlo con cuidado y nunca de manera intensiva, siempre y cuando no exista ningún tipo de contraindicación. Es aconsejable siempre preguntar antes a tu médico para asegurarte de que, efectivamente, es seguro en tu caso.
Por otro lado, la práctica del yoga o del pilates ofrece aún más beneficios durante el embarazo, gracias a que favorecen la oxigenación, mejora la elasticidad, el tono, la posición, y mantiene una mejor relajación. Además, son muy beneficiosos para el parto.
Cuando el ejercicio se practica con regularidad durante la gestación, y además es un tipo de actividad suave y sin riesgos, los beneficios para el buen desarrollo del embarazo son:
– Previene la aparición de la conocida como diabetes gestacional en el embarazo.
– Previene el aumento de peso excesivo en la futura mamá.
– Mejora y favorece el crecimiento de la placenta.
– Ayuda a disminuir el dolor lumbar.
– Favorece el parto cuando la fecha de terminación de la gestación está próxima.
Fuente: Natursan