martes, octubre 15

Qué hago acá, diario de viaje, día 29: la reventa está que arde en los grupos de WhatsApp

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La cruzada por conseguir tickets para la semifinal del martes hace arder la comunicación entre los argentinos que están en Doha.

Furor por las entradas para la semifinal entre Argentina y Croacia.

Furor por las entradas para la semifinal entre Argentina y Croacia.

Está fresco en Doha. A diferencia del calor abrasador que nos recibió hace tres semanas y que nos espera a la vuelta a Buenos Aires dentro de unos días, el clima se acerca al ideal por estos días en este pequeña península árabe. El mercurio, en realidad la aplicación del celular, marca 20 grados centígrados y una sensación térmica de 17° por obra y gracia de una insistente brisa que surca la ciudad. Cuando ya se fueron 28 de las 32 selecciones que empezaron el torneo, el invierno marca presencia en este Mundial de Qatar. Sin embargo, el calor no se fue del todo. Es que los hinchas argentinos que andan por estas tierras y que no tienen entradas para ver la semifinal del martes contra Croacia están al rojo vivo. Todos, absolutamente todos, quieren estar el martes en el estadio Lusail.

¿Hay chances de conseguir entradas por las vías oficiales?Resulta imposible conseguir salvo algún remanente que haga que se reabran de repente las ventanillas virtuales de la FIFA. ¿Por cuánto se conseguían? Las más baratas, llamadas categoría 1, costaban 357 dólares. Las siguientes, categoría 2, cotizaban US$ 660 y las mejores ubicaciones, categoría 3, ascendían a US$ 955.

En consecuencia, lo que arde es la reventa. La reventa es virtual al menos hasta que lleguen las horas previas al partido  y empiecen las transacciones cara a cara en las cercanías del estadio -no hace falta tener entrada para quedar a unos pocos pasos de las puertas de acceso-. Y el canal para el show de la oferta y de la demanda son los grupos de WhatsApp que comparten la enorme cantidad de argentinos que deambulan por las calles de Doha y alrededores.

Las preciadas entradas que buscan los argentinos.

Las preciadas entradas que buscan los argentinos.

Los grupos, que hasta hace unos días eran el lugar para recomendar restaurantes baratos, ofrecer camas en alojamientos para abaratar costos, aconsejar excursiones para ocupar las horas vacíos de fútbol, y pedir contactos para conseguir cerveza y fernet y consejos para cambiar pesos por riyales en una especie de fenomenal bicicleta financiera del desierto, se transformaron en una casa de remates donde se subastan esos tickets tan preciados. Tanta desesperación había que algunos, incluso, convocaban para una manifestación en Barwa Barahat, el barrio con más argentinos, para pedirle a la AFA que consiga entradas «a precios razonables» para sus compatriotas.

Es que los valores que se manejan en los grupos son estratosféricos. Piden, en promedio, el triple de lo que valían en el mercado oficial. Es cierto que se trata de un bien preciado. Pero…

En medio del mercado virtual (e ilegal) con miembros del grupo que aseguran tener entradas, se produce un divertido regateo de aquellos que buscan precio. Casi todas las ofertas parten en cifras que rodean los mil dólares. Y siempre hablando de las ubicaciones más baratas, esas que están cerca del techo del estadio.

En los alrededores de los estadios, sobre la hora de los partidos, se suelen conseguir ofertas de último momento. Foto: AFP

En los alrededores de los estadios, sobre la hora de los partidos, se suelen conseguir ofertas de último momento. Foto: AFP

Algunos, incluso, utilizan las herramientas variadas que ofrece WhatsApp y hasta arman encuestas para que la gente vote hasta cuánto se pueden estirar sus billeteras. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar para la semi entre Argentina y Croacia? Y pone tres opciones en este múltiple choice de la desesperación: 800 dólares, 1.000 dólares y más de 1.000 dólares.

Adivinen cuál es la opción más votada. Gana por amplia diferencia la opción 1, pero hay dos atrevidos que se inclinaron por la alternativa más cara. ¿Por qué? ¿Será estrategia para ver si logran seducir a aquellos que ofrecen los tickets tan deseados?

Sobrevuela durante el intenso e interminable chat, además, el temor a ser estafado. Algunos aconsejan que la transacción se haga sólo cara a cara y por entradas físicas y no por entradas virtuales. Otros se intercambian mensajes para seguir la conversación mano a mano, «lejos de la chusma». Otros aguardan que baje la espuma. Saben que en el estadio puede haber un golpe de suerte para una últimísima chance.

Cerca de las once de la noche de Qatar, la FIFA abre sorpresivamente sus ventanillas y pone a la venta un puñado de entradas que fueron devueltas. ¿Serán brasileños desencantados? ¿Serán neerlandeses que se están volviendo a casa? No importa. Aparecieron. Como si tratara de una cadena de favores, el que se percató del milagro avisa la buena nueva al grupo de desconocidos. Al rato, un par convalidan y dicen que es verdad, que ya tienen, por fin, sus tickets. Un emoji de despedida, lo más parecido a un corte de mangas virtual, y el cartel: «Fulanito salió del grupo».  

Doha, Qatar. Enviado especial.