viernes, marzo 29

¡Qué manera de perder el tiempo!

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Nota extraída de La Nación por Graciela Guadalupe

“Creo que hubo una pérdida de tiempo, un desperdicio del poder”. (De Andrés Larroque.)

Tiene razón el secretario general de La Cámpora y ministro bonaerense Andrés Larroque. No es momento para andar desperdiciando nada. Menos, el poder. Quizá fue un poco duro con el Presidente y con Cristina –la mentora del desperdicio–, pero alguien le tenía que decir a Alberto que su gobierno es “una pérdida de tiempo”. Al pan, pan y al vino, tetrabrik, porque el de botella está carísimo y, para colmo de males, nos estamos quedando sin envases por las trabas a las importaciones.

Tenía razón la entonces ministra de Economía Silvina Batakis cuando decía que “el derecho de viajar colisiona con la creación de puestos de trabajo”. No busquemos excusas: la culpa de la escasez de empleo, del bruto índice de trabajo en negro y de la precarización laboral general la tienen los argentinos que viajaron a Qatar a ver el Mundial.

Cómo no coincidir con la ministra de Trabajo cuando pide que no desperdiciemos el tiempo pensando en resolver la inflación. “Primero que gane la Argentina”, dijo Raquel Olmos, alias Kelly o alias “no dije lo que dije, pero ratifico lo dicho”. No hay apuro. Después vemos qué hacemos con ese temita de la suba del 100% en los precios; con la jubilación básica en 50.000 pesos; el aumento del 20% del salario mínimo, vital y móvil dividido en cuatro cuotas; con los 17 millones de personas bajo la línea de pobreza; con los alumnos que no entienden lo que leen; con la inseguridad personal, la jurídica, y con los políticos a los que les importa un bledo lo que ordena la Justicia.

No está mal pensar a la Argentina como un lavarropas con pausa. Uno aprieta un botón, frena el ciclo de lavado y lo retoma cuando le parezca, siempre y cuando no se corte la luz por falta de inversiones de las distribuidoras cuyos dueños se van del país.

Hay que admitir que uno de los primeros en pedir que no se pierda tiempo fue Aníbal Fernández cuando públicamente le lanzó a Wado de Pedro que se “dejara de joder” con la eliminación de las PASO.

Seguramente, el sábado que viene, cuando cumpla cuatro meses como ministro de Economía, alguien se encargará de decirle a Massa si ha perdido el tiempo. O tal vez él nos diga cuánto tiempo más falta para ganar “la guerra contra la inflación”, que Alberto dio por iniciada hace exactamente ocho meses y ocho días.

Fuera de broma, algo habrá que hacer. Porque, como decía y seguirá diciendo el gran Pablo Milanés, fallecido el martes pasado, “el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”. Graciela Guadalupe