jueves, abril 25

Qué tipo de tumores benignos existen y cómo diferenciarlos

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Síntomas, diagnóstico y tratamiento de estas alteraciones

Los tumores benignos en la piel son un grupo de afecciones que pueden tener diversos orígenes. A menudo, su clasificación está basada de acuerdo a la zona donde se presentan, su tamaño, color, distribución y síntomas. De todos modos, no causan mayor problema, más allá de la alteración estética.

Estas alteraciones ocurren cuando hay una proliferación de uno o varios componentes de la piel. Y aunque no suelen ser graves, es necesario consultar con el dermatólogo para evaluarlas.

Es una masa de células anormales y lo que los diferencia de los tumores malignos es que no tienen movilidad hacia los tejidos aledaños ni diseminación a otras partes del organismo.

Este tipo de lesiones tumorales se encuentran rodeadas por una cápsula protectora que facilita su extracción. A su vez, los análisis de sangre, el estudio por imágenes (como una radiografía) o una biopsia pueden esclarecer si el tumor es maligno o benigno.

La mayoría de las personas experimentarán una amplia variedad de crecimientos y cambios cutáneos a lo largo de su vida. Es el médico quien podrá clasificar la mayoría de estas lesiones mediante un examen clínico.

Adenoma

Es una neoplasia epitelial benigna que surge de las glándulas sebáceas o sudoríparas. Los ejemplos representativos incluyen los siguientes: adenoma sebáceo, adenoma apocrino tubular e hidradenoma.

Fibroma

Es una de las lesiones cutáneas de tejidos blandos más comunes. Si están presentes las características clínicas y patológicas clásicas, el diagnóstico suele ser sencillo. Es más frecuente en adultos de mediana edad y tiene un ligero predominio femenino. A menudo, se localizan en las extremidades y se presentan como nódulos cutáneos pequeños, elevados, hiperqueratósicos, con una superficie de color marrón rojizo.

Lipoma

Quienes lo padecen suelen quejarse de una masa de tejido suave y móvil que se siente debajo de la piel. Suelen ser indoloros a menos que invadan las articulaciones, nervios o vasos sanguíneos.

En general, son benignos y no conllevan riesgo de transformación maligna. Una vez que se extirpan, no suelen regresar. Sin embargo, es imperativo que la cápsula fibrosa que rodea el lipoma se elimine por completo para evitar que esto suceda.

Mioma

Son tumores benignos que surgen del músculo liso y se observan con mayor frecuencia en el miometrio uterino, el tracto gastrointestinal, la piel y las extremidades inferiores de las mujeres de mediana edad.

Clínicamente, los tumores del tejido conectivo, por ejemplo, los fibromas y los lipomas pueden presentar hallazgos similares a los del leiomioma; por tanto, debe establecerse un diagnóstico diferencial.

Osteocondroma

Representan del 20 al 50 % de todos los tumores óseos benignos. Pueden ser solitarios o múltiples. La forma solitaria tiene un buen pronóstico y la transformación maligna ocurre en el 1 % de los casos.

Además, la mayoría de las lesiones solitarias suelen ser pequeñas y asintomáticas. De todos modos, el diagnóstico y el tratamiento de esta condición requieren la colaboración de diferentes profesiones de la salud.

Lunar (nevos)

Son lesiones pigmentadas de la piel que pueden existir desde el nacimiento y malignizarse con el paso del tiempo por la abundante exposición solar sin la protección adecuada. Además de evaluar las características A a E de una lesión pigmentada, existen patrones dermatoscópicos específicos para guiar el examen.

Es importante sugerir el uso de protectores solares y autoexámenes para evitar el desarrollo de un melanoma. Evitar la exposición excesiva a camas solares.

Síntomas, diagnóstico y tratamiento de los tumores benignos

No todos presentan una sintomatología. Sin embargo, debido a su tamaño, se pueden localizar con facilidad mediante la palpación. Algunas de sus características principales son: dolor por compresión de tejidos circundantes, volumen o relieve, parestesias y prurito.

En la mayoría de los casos, se realiza mediante una biopsia por escisión . Algunos pueden reaparecer después de una escisión incompleta. Cualquier lesión para la cual el diagnóstico es incierto, se debe biopsiar para obtener un examen histopatológico y, de este modo, descartar su malignidad.

El tratamiento suele ser por motivos estéticos. En el caso de considerarse necesario, varía desde la escisión quirúrgica simple hasta la micrográfica de Mohs para lesiones en ubicaciones anatómicas críticas.

También existen modalidades físicas destructivas que serán evaluadas por el médico en base a las secuelas o tipo de cicatrización de la persona afectada. Algunas de las opciones son: escisión con tijera y shaving, curetaje con electrodesecación, dermoabrasión, destrucción química con ácido salicílico, radioterapia, cirugía láser y crioterapia.

Fuente: Mejor con salud