Quiso quejarse por lo que pagó por cenar y lo liquidaron en redes

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Un usuario de Twitter quiso advertir a futuros consumidores sobre el peligro de comer primer plato, postre, vino y café a menos de $ 3.000, y pasó el dato.

Quiso quejarse por lo que pagó por cenar y lo liquidaron en redes

El Sunderland es un bar notable de Rosario con décadas de historia, mística de puerto y de bohemia de otros tiempos, lo que lo convirtió en un punto turístico pero también en un favorito del público local. Salvo por la mala experiencia que tuvo un cliente que lo visitó este año con tres acompañantes y tuvo que pagar $ 2970 por persona.

«Para que otros no comentan mi error, nunca más Sunderland«, anunció «Julio1950» en Twitter al compartir el ticket de su comida con la cuenta Precios Rosario, que recopila los costos en esa ciudad santafesina.

Al mostrar su ticket «Julio1950» también dejó en evidencia sus bigotes, porque daba cuenta de cuatro cubiertos en la mesa, y de que los comensales consumieron desde platos de pasta a $ 1600 hasta una bondiola de $ 1990, que hubo vino, gaseosa y agua, alguien pidió helado y también eligieron café con petit fours.

Casi de inmediato otros usuarios de Twitter salieron al cruce del pobre «Julio1950», que no atinó a contestar los comentarios como «$ 2800 por persona, ¿cuánto querés gastar?» o «Menos de 3 lucas cada uno con vino y postre es un valor promedio, nada para andar escrachando comercios. El único error es tuyo por no mirar la carta antes de ordenar».

«Uy qué barato, ¡gracias por pasar el dato! ¿Estaba buena la bondiola confitada?«, terció otra persona, a quien no dejó de sorprenderle el disgusto de «Julio1950».

«Lo irracional es avalar que un plato de fideos te lo cobren 1600 ‘mangos’. No importa si tenés la guita. Convalidar lo que ha venido sucediendo es un error grave. Pizzas a 2300 ‘mangos’, porciones torta a 9 ‘gambas’. Insisto, al margen de tener o no tener», convino otro usuario, pero su análisis socioeconómico cayó en oídos -u ojos- poco atentos.

Quienes entienden de restaurantes en Rosario insistieron en que el precio final del Sunderland no estuvo mal (y hasta volaron críticas para el bar Wembley, que queda justo al lado), y no faltaron las fotos de los platos que degustaron «Julio 1950» y compañía para graficar el discurso.

En el peor de los casos el consumidor quedará avisado de qué puede encontrarse en la carta del Sunderland. En el mejor, ese bar notable de Rosario logró una acción de marketing digital al volverse viral el ticket con sus precios dentro de la media.