Rompe el silencio un hombre cercano a Lammens: “Me traicionó”

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miércoles 10 de febrero de 202 Alberto Castro es ex asambleísta de San Lorenzo, desde hace más de 20 años que conoce de cerca al ahora ministro, y juntos compartieron infinidad de partidos, sentados uno junto al otro en la platea del «Cuervo»; sin embargo, una deuda en dólares impaga desde el 2017 y una sucesión de episodios de destrato por parte del ex presidente del club terminaron dinamitando la relación, que tuvo como corolario una tensa y última reunión el 5 febrero del 2020 en las oficinas del Ministerio de Turismo y Deportes

Alberto Castro es contador, tiene 74 años y es socio de San Lorenzo desde hace 68. Nació a cuatro cuadras del Viejo Gasómetro y pasó toda su infancia correteando por los rincones del club. Su pasión y lealtad por el “Cuervo” lo llevaron a tomar decisiones que, vistas a la distancia, hoy las define como “erradas”. A fines de la década del 70 e inicios de los ’80, ante el déficit financiero permanente de la Tesorería del club, Alberto y otros dirigentes pusieron sus viviendas como garantías hipotecarias ante el Banco de Italia y Río de la Plata para que esta entidad financiera facilitara créditos al club. Finalmente, San Lorenzo no pagó las últimas 10 cuotas del crédito y él se vio obligado -junto a otros socios que actuaron con la misma buena fe- a cancelar de su bolsillo las cuotas del crédito, pagando incluso los intereses punitorios.

Casi cuarenta años después, alentado por la confianza que le generaba que una persona a la que conocía como a pocos desde hacía más de veinte años estuviera en la presidencia, Castro volvió a prestar dinero al club, acompañando la epopeya de la “Vuelta a Boedo”. Esta vez serían 60 mil dólares: U$S 30.000 puestos de su bolsillo y otros U$S 30.000 de un amigo íntimo, también fanático del “Cuervo”, al que Alberto convenció para que aportara, bajo la promesa de que el joven titular del club, al que él conocía muy bien, cumpliría con el acuerdo. “Tenía la palabra de Matías, a quien conozco desde hace décadas y a quien me ataban vínculos afectivos más allá de lo futbolístico, de que el préstamo me lo devolverían, pasara lo que pasara, aún con su dinero personal, antes de que venciera su mandato en diciembre 2019”, contó Alberto en diálogo con este sitio.

Castro prefiere no ahondar en detalles en la relación personal y afectiva que lo unió desde hace décadas con el ahora presidente. “Lo hago para no mezclar en el medio a parte de mi familia, pero teníamos una relación de profunda confianza y cercanía desde siempre”, describe ante la consulta de este medio. Los lugares en la platea así lo confirman: Castro tiene abono en la Platea Norte baja Preferencial G, fila 5, asiento 23. Desde hace décadas, Lammens tiene su lugar en la misma fila y sector, en el asiento 25. Entre Alberto y el ahora ministro se sientan familiares de ambos.

Alberto Castro junto a un Lammens adolescente, en 2007

Sobre los 60 mil dólares que llevó al club, agrega: “Cuando me invitó a realizar los aportes le expresé al integrante de la Comisión Fiscalizadora que me contactó por iniciativa de Lammens, directivo de afinidad y estrecha relación con él, que el dinero se colocaba exclusivamente por la confianza y seguridad que me proporcionaba Matías, y que antes de finalizar su mandato debía ser devuelto. La respuesta fue ‘sí’ y hasta me aclararon: ‘quédate tranquilo, Matías lo sabe, es consciente, vos lo conocés como nadie y él sabe que lo tiene que devolver antes de irse, y si no lo hace San Lorenzo, él  va a poner el dinero de su bolsillo’. Este último comentario le fue dicho por el propio Lammens para que se me transmitiera”.

El mutuo se firmó el 30 de marzo del 2017, y el documento cuenta con dos firmas, la de Alberto Castro y la del presidente del club, Matías Lammens. En el mismo documento -al que pudo acceder este medio- se dejan en claro las condiciones de devolución: sería en 12 cuotas sin interés, y la primera de éstas se pagaría en mayo del 2017. Pasado el mes de mayo, no hubo novedades sobre ningún pago, pero este ex asambleísta que integró en dos ocasiones la lista del oficialismo (2013/2019) que llevó a Lammens como candidato, así como su amigo, decidieron no hacer ningún reclamo ya que confiaban en que cobrarían en cuanto el club pudiera devolverles el dinero. Esto finalmente nunca ocurrió. “No me pagaron nunca ninguna cuota”, comentó Alberto a este medio.

Alberto Castro, junto a Matías Lammens, a quien lo unió una relación estrecha y de confianza durante décadas

El caso de este ex asambleísta de San Lorenzo no es un caso aislado: en marzo del 2017, con la vuelta al Viejo Gasómetro como horizonte, el club apeló a la buena fe de allegados y socios del “Cuervo”, y logró así conseguir alrededor de dos millones de dólares para avanzar con el sueño de tantos hinchas. “Hay muchas personas que están en mi misma situación, pero lo que más me duele es que yo a Lammens lo conocí muy de cerca, siempre compartimos platea y tuve una relación personal con él más allá del fútbol. Y hace unas semanas me vengo a enterar de que él se puso primero en la fila para cobrar, habiendo tantas personas a las que él conoció muy de cerca que pusimos dinero en el club sólo por el vínculo y la confianza personal que él nos brindaba”, agregó el denunciante, quien ya envió una Carta Documento a San Lorenzo reclamando por el pago e iniciará en la próxima semana -“muy a mi pesar”- acciones judiciales contra el club donde se crió.

La referencia de Castro al cobro de una deuda por parte de Lammens surge a partir de un artículo publicado días atrás por este sitio, que reveló que el ahora ministro de Turismo y Deportes usó en septiembre del 2019 un cheque que River le había entregado a San Lorenzo en una bodega, con el fin de proveer de productos a su propia empresa Ñuke Mapu SRL. Según reconocieron voceros de Lammens, ese cobro se debió a una deuda que el club tenía con él.

Sin embargo, Castro intentó dilatar lo más posible su decisión de avanzar judicialmente contra el club, y apeló a diferentes caminos para lograr recuperar su dinero y el de su amigo. “Tengo acá en mi celular los mensajes a Lammens, al miembro de la Comisión Fiscalizadora que ofició de intermediario para acercarme el pedido del préstamo y a otro integrante de la Comisión Directiva a quien conozco desde hace muchísimos años. Ellos siempre reconocieron la deuda y son conocedores del compromiso personal que había asumido Lammens en marzo del 2017 y ambos también pueden dar fe de la estrecha relación que yo tuve con el ex Presidente. Ambos directivos siempre prometieron e intentaron conseguir el pago y me dieron fechas que no se cumplieron, ellos no tenían la llave para liberar el pago ya que era decisión unilateral de Lammens”, relata a este cronista, mientras apoya sobre una mesa de un bar porteño una hoja A4 con una transcripción de los mensajes enviados, con copia a los tres. Por parte de Lammens nunca recibió respuesta a ninguno de los chats.

Finalmente, el mandato de Lammens en San Lorenzo se venció sin cumplir con la promesa de devolver los 60 mil dólares. Esto lo convenció a Castro de avanzar con su reclamo por vía legal, pero la desprolijidad en la firma de los mutuos del club dificultó esta tarea. “Los mutuos que me habían hecho firmar eran inválidos, porque sólo tenían la firma de Lammens, y los mutuos, por estatuto, tienen que contar también con la firma del Secretario del club. En marzo del 2017, cuando se firmó el mutuo, yo obvié esa anomalía por la confianza y seguridad que tenía hacia el presidente Lammens. En ese momento nunca me preocupé porque asumí equivocadamente que alguien a quien me unían vínculos afectivos nunca iba a dejar de cumplir con su promesa de pago. De hecho yo llevé físicamente la plata al club”, contó.

La Carta Documento que Castro envió al club, que ya fue notificado de la misma

Al no contar con la firma del Secretario, el mutuo podría ser cuestionado por San Lorenzo en caso de un eventual juicio y la alternativa era accionar contra Lammens por vía de un juicio personal por incumplimiento del Estatuto. Sobre esta alternativa, comentó: “Hubiese sido una pérdida de tiempo ya que dada la conformación actual de la conducción del Club, con mayoría absoluta en todos sus órganos de conducción, ese mutuo con seguridad sería reconocido por la Institución para así proteger a Lammens por no haber respetado el Estatuto. Me hubiese gustado accionar contra el ex Presidente porque fue el verdadero incumplidor de la promesa durante 4 años, pero no iba a tener el resultado que yo pretendía, que se hiciera cargo de la deuda y no fuera soportada por el Club. A mi y a muchos no les canceló los préstamos, sin embargo, parecería que el sí retiró su dinero antes de terminar su mandato en diciembre 2019″, se lamenta Castro.

El estatuto del club reformado por el propio Lammens en septiembre del 2016 abre la posibilidad a que los socios exijan que sea el propio dirigente quien se haga cargo de los pesares económicos provocados. A partir de esa reforma, en San Lorenzo se definió que los dirigentes deberán responder con su patrimonio ante una mala gestión y en caso de que se hayan producido pérdidas económicas importantes.

Aún sin novedades del pago y tras varios intentos fallidos en diciembre del 2019 y enero del 2020, Castro logró finalmente comunicarse con Lammens. Fue en febrero del 2020, cuando este último ya tenía un pie en el Gobierno Nacional. Los vínculos que lo unieron durante tantos años al ex presidente del club le permitieron el 5 de febrero del 2020 ser recibido por el ahora ministro en las oficinas del área de Turismo y Deportes, en la calle Suipacha. “El encuentro duró 10 minutos, me dijo que yo no le había prestado dinero a él sino a San Lorenzo, que le debía reclamarle a San Lorenzo o ‘hacerle juicio al club’ ya que, según él, ya no estaba en la gestión del club”. Actualmente, Lammens es el vicepresidente 1º del club azulgrana.

Sobre el tenso encuentro, Castro detalló: “Me dijo que lo que me podía ofrecer era hablar con Marcelo (Tinelli) para que me dé cheques de pago diferido”.

“‘¿Me estás cargando? ¿Me estás ofreciendo cheques cuando San Lorenzo en tu gestión fue el campeón mundial de cheques rechazados?’”, le respondió Castro al ministro, según relata el ex asambleísta.

A un año de esa reunión, Castro dice haber descubierto al “verdadero” Lammens: “Como ser humano, podría calificarlo de la peor manera, prefiero abstenerme. Pensé que lo conocía muy bien, pero me equivoqué. Es un personaje que no me decía la verdad desde que lo empezamos a tratar. Siempre usó a todos los que él mencionaba cómo ‘mi mejor amigo’, y a esos amigos a medida que los exprime los va descartando, encontrando otros ‘mejores amigos’ en el camino de sus objetivos personales. Me di cuenta que no era la persona en la que en su momento había confiado y con el que compartí muchas horas de charlas y partidos en la platea”.

Al otro día de esta reunión en las oficinas del Ministerio, Castro se reunió el 6 de febrero del 2020 con el miembro de la Comisión Fiscalizadora -de quien opta por resguardar la identidad ya que aún lo une una relación de amistad- que había hecho de intermediario en el préstamo de los 60 mil dólares y le había garantizado su devolución, y le contó lo que Lammens le había dicho en la reunión del día anterior. “Le dije todo lo que yo pensaba de Lammens y al otro día me llama el propio Lammens para quejarse por lo que yo había dicho sobre él al miembro de la Comisión Fiscalizadora, temas familiares y personales que para un padre y abuelos son cuestiones innegociables. Y, al mismo tiempo, me dice que me va a contactar la próxima semana para ver una forma de llegar a un acuerdo, lo cual me llamó la atención”, relata Castro.

Luego, llegó la pandemia y la promesa de un llamado se desvaneció una vez más. Sin embargo, a finales de ese mes de febrero, Castro cuenta que lo contactó un miembro de la mesa chica de la Comisión Directiva del club para ofrecerle a él y a su amigo ratificar ante un escribano el mutuo irregular que habían firmado en 2017 con Lammens. Ante esta propuesta, Alberto aceptó, esperanzado de que por fin la deuda se cobraría. Ante escribano, el 4 de marzo el documento fue ratificado, con las firmas de Marcelo Tinelli, presidente del club, y Miguel Mastrosimone, Secretario”. A partir de este momento, el mutuo pasó a reconocer la deuda entre el club y Alberto.

“En un principio creí que era una buena señal ya que consideraba que el club nos iba a devolver los 60 mil dólares a mi y a mi amigo. Pero después me di cuenta que podría haber sido toda una estrategia de Lammens para que no active judicialmente en su contra, ya que el anterior mutuo sólo contaba con su firma”, razona Castro.

A casi cuatro años del préstamo y aún sin novedades, Castro decidió avanzar en un juicio contra el club, tal como adelantó en diálogo con este medio. Sobre su caso, hoy reflexiona. “Nunca pasó por mi cabeza ni en los peores momentos de la Institución (1979/1982) hacerle un juicio al Club. Junto a otros 10 dirigentes, entre ellos mi hermano, sacamos un préstamo para San Lorenzo y todos colocamos la casa habitación como garantía, nos hicimos cargo de forma personal de cuotas impagas asumidas por el Club. Nunca ninguno de esos dirigentes le reclamamos el dinero al Club. Hoy, por el incumplimiento moral y ético del ex Presidente Lammens, estoy iniciando un juicio al Club de mis hijos y nietos. Av. La Plata fue mi segunda casa y también la de mi hermano, esta es mi verdad que muchos amigos ya la conocían. Lammens me empujó cuando me dijo en febrero del 2020: ‘Reclamale a San Lorenzo, o hacele juicio’”.  

Castro hoy reflexiona: “La traición emocional nunca viene de un enemigo, sino de alguien al que valoraste más de lo que se merecía…”. f: Nexofin