Hoy se debatirá en el Senado el proyecto sobre interrupción del embarazo. La iniciativa llega con media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación.
La manifestación de grupos a favor y en contra del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, el 10 de diciembre. Pablo Yapura
En la tarde de hoy los senadores
debatirán por segunda vez en el Congreso el proyecto para la
legalización del aborto. La votación será más reñida que en 2018, cuando
la iniciativa no logró el apoyo necesario para la aprobación. Los
conteos hasta ahora plantean un virtual empate, por lo que el debate que
más dividió a la sociedad en los últimos años hizo posar los ojos de
todo el país en los y las legisladoras indecisas.
En cada provincia,
los que están a favor y en contra, desde políticos hasta militantes,
tejen diferentes estrategias para intentar convencer a los dubitativos.
También hay sectores que interpelan a los que ya sentaron su posición en
el anterior debate pero se presume que en esta oportunidad pueden
cambiar su voto.
De los tres senadores por Salta, solo se conoce la
postura de dos: Nora Giménez, que comunicó que votará a favor y Juan
Carlos Romero, que votará en contra como lo hizo en 2018.
Algunos
consideraron que una reunión que hubo en los últimos días entre Leavy y
el presidente Alberto Fernández, quien envió el proyecto al Congreso, es
un anticipo de que el senador votará a favor.
Luego de su visita al
presidente, Leavy brindó entrevistas en las que no definió postura.
“Estamos debatiendo, no es una decisión tomada”, afirmó. Su equipo de
prensa difundió que en el encuentro se trataron temas relacionados con
la economía de la provincia.
Por su lado, Nora Giménez que no era
legisladora cuando se dio el anterior debate, argumentó que “es una
realidad en el mundo, la región, la nación y la provincia que involucra a
mujeres pobres, ricas, creyentes, no creyentes, jóvenes y adultas y nos
interpela como sociedad”.
Giménez advirtió además que es “un
problema de salud pública del que el Estado debe hacerse cargo” y
calificó su voto como de compromiso: “Es mirando al futuro. Reafirmo de
esta manera mi compromiso con una generación de jóvenes que abraza el
proyecto de la IVE (interrupción voluntaria del embarazo) con
responsabilidad, por la defensa de la vida digna y por el reconocimiento
del derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos”.
Quien decidió
guardar silencio durante estas semanas álgidas fue el senador Juan
Carlos Romero, que en 2018 se opuso, aunque al votar no celebró tal
postura. “Con ello no hemos resuelto ni vamos a tener resuelto mañana
ninguno de los problemas que hoy existen con el tema del aborto: las
muertes por abortos clandestinos van a continuar y el riesgo de las
madres por complicaciones por abortos clandestinos van a seguir”,
sostuvo entonces. El legislador además señaló que se fracasó con la
Educación Sexual Integral. “Debemos encarar acciones… mientras este
tema de la legalidad o no del aborto pueda madurar algún día en la
sociedad”, manifestó.
No hay lugar donde el tema no esté presente,
desde las mesas familiares hasta las misas celebradas durante los
últimos días. Algunos sacerdotes llegaron incluso a nombrar directamente
a los legisladores salteños para pedirles que votaran en contra y
decirles que si toman otra decisión “no pueden considerarse católicos”.
La
tensión se percibe en el espacio público, con carteles de diferente
tenor. Las redes sociales son parte de las estrategias de verdes y
celestes y los mensajes fueron subiendo de tono a medida que se
descuentan horas para llegar a la votación.
La indecisión no tiene
banderas, los senadores que aún no tienen resuelta su postura pertenecen
a diferentes provincias y partidos políticos: Edgardo Kueider del
Frente de Todos, y la radical Stella Maris Olalla de Juntos por el
Cambio, dos legisladores entrerrianos que no eran senadores en el debate
del 2018, los rionegrinos Silvina García Larraburu del Frente de Todos y
Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Lucila Crexell de Neuquén
(Juntos por el Cambio), Oscar Castillo (Frente Cívico y Social) de
Catamarca, y la cordobesa Laura Rodríguez Machado (Alianza Cambiemos).
Algunos ya votaron en el 2018, pero diferentes gestos se leyeron como
posibles cambios de postura, como el de la senadora Larraburru que votó
en contra y ahora firmó el dictamen, o el de Machado que actuó al revés,
votó a favor en el 2018 y ahora no firmó dictamen. Cada gesto de los
legisladores indecisos es escudriñado para ubicarlo de un lado u otro.
Este es el caso de uno de los senadores por Salta, Sergio Leavy.
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