viernes, marzo 29

Salud mental: cómo afectan las videollamadas y reuniones laborales al cerebro humano

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Microsoft analizó el cerebro de 14 empleados en reuniones virtuales sin parar. Por qué impacta de manera negativa y qué hábitos recomiendan cambiar.

Salud mental: cómo afectan las videollamadas y reuniones laborales al cerebro humano

Hace alrededor un año las empresas migraron sus oficinas a digital y en la actualidad muchos empleados continúan trabajando de manera remota. En la Argentina, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) calcula que más de tres millones de argentinos teletrabajan desde sus hogares.

Aunque la nueva normalidad del trabajo remoto no afectó la productividad de la mayoría de los empleados, la fatiga mental es evidente ya que tiene impacto en el estado de ánimo y en el equilibrio vida-trabajo de la mayoría de los argentinos.

En este contexto, la multinacional Microsoft investigó cómo las videollamadas alteran la actividad cerebral de los trabajadores y descubrieron que las reuniones consecutivas tienen consecuencias graves.

Según el estudio, se recomienda que los trabajadores tomen pausas cortas entre cada reunión virtual ya que este hábito podría reducir el agotamiento de las personas.

«Nuestra investigación muestra que los descansos son importantes, no sólo para hacernos menos agotados al final del día, sino para mejorar nuestra capacidad de enfocarnos y participar en esas reuniones«, dice Michael Bohan, director senior del grupo de Ingeniería de Factores Humanos de Microsoft y supervisor del proyecto.

Para Microsoft, en los últimos 12 meses surgieron nuevas normas de trabajo implícitas. Una de ellas tiene que ver con programar reuniones consecutivas. Para comprobarlo analizaron el cerebro de 14 trabajadores que participan en videollamadas de trabajo. Para monitorear la actividad eléctrica de sus cerebros, los empleados estuvieron conectados a equipos de electroencefalograma (EGG).

«Los 14 voluntarios participaron cada uno en dos sesiones diferentes de reuniones. Un día asistieron a cuatro reuniones de media hora consecutivas, con cada llamada dedicada a diferentes tareas: diseñar un diseño de oficina, por ejemplo, o crear un plan de marketing. En otro día, los cuatro encuentros de media hora se intercalaron con descansos de 10 minutos. En lugar de saltar apresuradamente de una reunión a la siguiente, los participantes meditaron con la aplicación Headspace durante los descansos», explica Microsoft sobre el estudio.

En los descansos los empleados meditaban para que los resultados sean comparables entre sí. Como conclusión, obtuvieron que los tiempos libres entre reuniones son traducidos como «rupturas cerebrales» que ayudan al cerebro a «restablecerse». Esto redujo la acumulación de estrés, según imágenes tomadas por los equipos médicos.

En los cerebros de aquellos empleados que tuvieron la oportunidad de descansar entre reuniones, la actividad beta disminuyó y reinició su actividad cerebral. «Este reinicio significó que los participantes comenzaron su próxima reunión en un estado más relajado. También significó que las ondas betas se mantuvieron estables en cuatro reuniones sin acumulación de estrés a pesar de la cantidad de videollamadas», revela el estudio.

En conclusión, el antídoto es simple: tomar descansos. Además, al tomar pausas, el cerebro mostró mayor nivel de compromiso con la reunión, de acuerdo al estudio: «Cuando los participantes tuvieron pausas de meditación, los patrones de ondas cerebrales mostraron niveles positivos de asimetría alfa frontal, que se correlaciona con un mayor compromiso durante la reunión«.

«Lo que hace que este estudio sea tan poderoso es que estamos visualizando eficazmente para las personas lo que experimentan fenomenológicamente dentro«, apunta Bohan. «No es una abstracción, todo lo contrario. Es una expresión científica del estrés y la fatiga que la gente siente durante las espaldas«, concluye.

f: Cronista