Buscan que no se profundice la situación de pobreza en Salta.
No supongamos cuestiones que no están definidas aún, dijo Figueroa. Bernardita Ponce Mora
La ministra de Desarrollo Social de la Provincia, Verónica Figueroa, buscó llevar tranquilidad a las personas que están expectantes ante la posibilidad de cobrar una tercera cuota del ingreso familiar de emergencia (IFE).
A raíz de la pandemia por el nuevo coronavirus, el Estado nacional buscó asistir con ayudas de 10 mil pesos a las familias más vulneradas.
«En este momento, Nación nos transmite que no hay ninguna decisión tomada con respecto al IFE para ninguna provincia, pero sí, que se seguirá acompañando a las que están en situación grave, como Salta, con índices de pobreza muy altos», manifestó la funcionaria.
El viernes de la semana pasada, en un mensaje grabado desde la residencia de Olivos, el presidente Alberto Fernández expresó: «El IFE vamos a darlo por tercera vez en AMBA, Chaco y en alguna otra zona que entendamos que necesita». Estos lugares tienen circulación comunitaria del virus, situación que Salta no comparte.
El mandatario aseguró que «el Gobierno trata de socorrer a todos», y reveló que la asistencia económica a los sectores sociales que lo necesitan «roza los tres puntos del PBI (producto bruto interno)».
«No nos adelantemos. No supongamos cuestiones que no están definidas aún», dijo Figueroa, y reconoció que «hay mucha angustia con lo del IFE».
La ministra observó que esta asistencia estatal implica desembolsar «para nueve millones de argentinos 10 mil pesos por mes».
En relación con el aporte extraordinario de las grandes riquezas, que permitiría sostener estas ayudas en el contexto de pandemia, expresó: «Es muy importante que lo debatamos. Me parece que es algo que hay que debatir».
Seguirá la asistencia
La ministra aseguró que desde Nación le transmitieron tranquilidad: «Nos dijeron que se va a seguir asistiendo en la medida que sea necesario. No hay una definición de hasta cuándo. Lo vamos a ir evaluando juntos».
«Como Salta venía con una situación de emergencia socioeconómica, nos plantearon que van a asistir en la mayor manera posible para que no tengamos que estar una situación más extrema de pobreza de la que ya tenemos, que es bastante seria», contó.
«Si bien nosotros estamos muy bien en el manejo de la pandemia, tenemos que reconocer que la retracción económica existió y la desaceleración de la economía nos va a impactar, como a todos», expresó.
Consideró que el Gobierno nacional trata de administrar los recursos que tiene el país de la mejor manera posible para mantenerlo en el tiempo «sin tener esa certeza de cuándo se va a retraer más en un lugar que en otro».
Figueroa apeló a la solidaridad de los salteños: «Debemos entender que hay provincias que van a tener mayor retracción durante más tiempo porque tienen que afrontar la pandemia de una manera diferente, lamentando muertes y situaciones críticas. Tenemos que ser solidarios con las provincias que la están pasando peor en ese aspecto».
Cómo fue el trabajo por la pandemia
Desde
el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia detallaron las
asistencias que se brindaron a raíz de la pandemia por el nuevo
coronavirus para garantizar los derechos esenciales de miles de
salteños.
Se transfirió dinero a los municipios para asistencia
crítica y el programa Pan Casero. Recomendaron que estos fondos se
inviertan exclusivamente en alimentos hasta superar la situación de
aislamiento social preventivo y obligatorio. Entregaron módulos
alimentarios de manera sistemática a las comunas para que respondan a
las necesidades de urgencia.
“Hemos trabajado muchísimo con los
municipios para fortalecer las áreas de Desarrollo Social para que den
respuesta a las problemáticas en COVID-19”, aseguró la ministra Verónica
Figueroa.
Trabajaron con pensiones no contributivas, hogares de
ancianos, comedores, Comer en Familia y Aipas (Abordaje Integral de las
Políticas Alimentarias Salta). Mediante este plan se destinaron
17.580.000 de pesos por mes a las personas en situación de gran
vulnerabilidad, como quienes tienen tuberculosis, discapacidad y niños
con índices de desnutrición. La ministra aseguró que “los servicios
esenciales no dejaron de funcionar”. Hubo más de 800 personas en
territorio asistiendo a hogares de niños, de adultos mayores y otros
sitios donde atienden problemáticas intrafamiliares.
En la
actualidad, asisten a 500 merenderos, “con un aporte mensual muy
grande”. Desde hace 40 días los supervisan. “Sabemos que han crecido y
que hay muchos más que se acercaron para ser incluidos en la
asistencia”, manifestó Figueroa. Estiman que la demanda alimentaria va a
bajar cuando vuelvan a abrir las escuelas.
En los asentamientos que
surgieron durante la pandemia, acompañan a las familias desde
asistencia crítica, con un equipo de trabajadores sociales. “Se va de
manera conjunta a visitar estas familias, se ve cómo están, se intenta
que busquen un lugar más adecuado porque hay niños en riesgo”, expresó
la ministra. “Tratamos de acompañar de la mejor manera posible porque se
ve mucha precariedad y riesgo”, señaló. Desde Asuntos Indígenas
siguieron entregando tanques para que las comunidades tengan agua
segura. Trabajaron con cosechas de agua y en la Mesa del Agua.
La
asistencia a las pueblos originarios se potenció durante la pandemia y
se llegó a más comunidades. Aseguraron que la asistencia continuará
aunque haya casos de COVID-19, siguiendo protocolos de bioseguridad.
Desde
Adultos Mayores lanzaron un plan de asistencia integral. Invitaron a
Salud Pública y a otras áreas de Gobierno a trabajar en conjunto.