viernes, marzo 29

Seis ejercicios para controlar las somatizaciones

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Qué hacer cuando el cuerpo expresa con síntomas físicos que algo anda mal en nuestra mente

En muchas ocasiones, el cuerpo nos manda señales de que algo va mal y, aparentemente, no hay ningún problema médico. Sucede que tanto malestar psicológico se ha trasladado al organismo en forma de síntomas físicos. A esto lo conocemos como somatizar y es un fenómeno muy común.

Somatizar es convertir los problemas psicológicos en síntomas orgánicos, es decir, es la expresión física del malestar psicológico. La mente y el cuerpo están estrechamente relacionados y, si no cuidamos la psique, el organismo se verá dañado.

El estrés, la tensión y cualquier emoción negativa sostenida durante mucho tiempo hace que el sistema inmunológico se vea perjudicado, volviéndonos propensos a enfermedades y otros problemas médicos.

Cuando somatizamos sentimos dolores en el estómago, náuseas, migrañas y hasta vómitos. Las defensas están debilitadas y se dan cambios en la segregación de hormonas y los procesos metabólicos. Es importante aprender a gestionar las emociones, acudiendo a un profesional pero, también, incorporando ejercicios.

1. Reconocer las emociones negativas

Cuando una molestia no desaparece de ninguna forma y no tiene causa médica evidente, es probable que haya un problema psicológico subyacente. Lo que hay que hacer es identificar qué emoción negativa está detrás del malestar orgánico.

Acudir a un profesional de la salud mental puede ayudar a introspectar y ver los orígenes del malestar. Sin embargo, podemos avanzar un poco por nuestra cuenta parándonos a pensar qué es lo que hace que nos sintamos así. Una vez reconocida la emoción, la anotamos en un papel, describiendo todo lo que se relacione con ella: vivencias pasadas, qué síntomas físicos causa, cómo se presenta en la mente (obsesión, ansiedad, miedo) y la decimos en voz alta. Este es el máximo tiempo que le vamos a dejar que ocupe en nuestras vidas, nada más. Una vez dicho todo, trataremos de centrarnos en las tareas que tengamos que hacer.

Es posible que haciendo este ejercicio se nos ocurra por nuestra propia cuenta posibles soluciones racionales para el problema, que no sean dañinas para nosotros ni para otras personas.

2. Cuidar lo físico y moverse

Cuidar el cuerpo con una dieta sana y rica, haciendo deporte, no consumir tabaco ni abusar del alcohol y evitar, en esencia, cualquier factor que perjudique al organismo, según detalla el portal Psicología y Mente.

Si bien hacer deporte no cura la depresión ni la ansiedad, reduce su sintomatología, además puede ser el empujón para tomar una visión más optimista de la vida. Al hacer ejercicio se liberan endorfinas y otras sustancias neuroquímicas que colaboran en el bienestar psicológico y reducen la somatización. Cualquier actividad ayudará a tener mejor calidad del sueño y mejorará la inmunidad frente a enfermedades.

3. Controlar la respiración

Un buen ejercicio consiste en poner una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho, inspirando y reteniendo el aire 7 segundos, espiramos lentamente durante 8 segundos y notamos cómo contraemos lentamente la musculatura abdominal. Este ciclo respiratorio se hará cada 10 segundos, con unas 6 respiraciones por minuto.

4. Yoga y relajación

Es un buen ejercicio para reducir la ansiedad y, como efecto colateral positivo, sus efectos somáticos. Otra alternativa son las técnicas de relajación. Algunas de las más usadas son la técnica de relajación de Jakobson o el escaneo corporal. Consiste en prestar atención en cada parte del cuerpo, siendo consciente de sus sensaciones, postura, temperatura y demás aspectos asociados.

5. Escuchar y hacer música

Cuando escuchamos música que nos gusta aumenta la producción de dopamina, el neurotransmisor asociado a la sensaciones placenteras, y se reduce la cortisona, hormona del estrés. Pero no solo escucharla ayuda a somatizar menos. Si sabemos tocar un instrumento, aunque sea la flauta que nos hacían tocar en la escuela, es una buena vía para desestresarse. Crear música, ser creativo y disfrutarla son buenos reductores de los problemas psicológicos.

6. Gritar

Soltamos toda la energía que tenemos acumulada y nos está carcomiendo por dentro. Gritar es una buena opción, siempre y cuando se haga en un lugar habilitado para ello. La gracia está en liberar todo aquello que consideramos que es el origen psicológico del malestar físico. No por ello debemos gritarle a las personas que creemos que son la causa del malestar. Haciendo eso lo que vamos a generar es más tensión y problemas relacionales.

Fuente: Psicología y mente