Las sentadillas son uno de los ejercicios por excelencia ya que trabajan piernas, los glúteos, la zona abdominal y la zona lumbar. Sin embargo, mal hecho, puede hacer que no sirvan de nada o peor aún, que te lastimes.
Estos son seis de los errores más comunes:
1. No estás apretando lo suficiente
Poner duro tu cuerpo bajo, es decir tus glúteos y muslos, puede ayudar a que se te formen mejor las piernas a largo plazo. Apretá tu cuerpo activando todos tus músculos antes de empezar la sentadilla.
Este truco intensifica las partes que trabajan cuando bajás, así que deberías empezar a sentir que te quema mucho antes.
2. Estás haciendo sentadillas después de hacer cardio
Si tu meta es que tus glúteos se hagan más grande y fuertes, este error podría estarte saboteando. Si tus piernas ya están cansadas de correr, clase de spinning o la elíptica, no tendrás suficiente energía. Y no verás mucho progreso si no das todo y si no vas subiendo la resistencia o subiendo el peso poco a poco.
3. No estás bajando lo suficiente
Si querés aprovechar al máximo el movimiento, posicioná tus muslos de manera paralela con el piso o hasta más abajo antes de volver a subir. Verás que tus piernas se tonifican mucho más rápido y tu ejercicio será mucho más eficiente cuando usas al máximo el movimiento en tu squat.
4. No tomás días de descanso
Esos músculos necesitan tiempo para descansar. Experimentás dolor muscular porque literalmente estás rompiendo fibras musculares Tu músculo necesita repararse completamente para que puedas volver a ejercitarte y repetir el proceso.
5. No estás subiendo resistencia
Hacer squats sin peso es perfecto para cualquier principiante, pero si llevás seis meses haciéndolos y no has notado cambios, necesitás subir el peso. Como cualquier músculo, necesitas aumentar la resistencia para que crezca.
Empezá de a poco, usando un peso que sea difícil, pero no lo suficiente para que te canses. Tus últimas dos repeticiones deben sentirse muy difíciles pero no imposibles.
6. No los estás haciendo bien
Para ver resultados más rápido y prevenir una lesión, mantené tus pies abiertos a la altura de tus hombros, tu espalda recta y tus rodillas detrás de los dedos de tus pies. Debería sentirse como que te vas a sentar en una silla invisible.
No debés levantar los pies, arquear la espalda ni poner las rodillas por delante de los dedos de los pies. La forma correcta es con la espina neutral, rodillas detrás de los dedos de los pies y pies planos en el piso.
Fuente: Cosmopolitan