Siete formas de que los niños desarrollen la paciencia

0
401
Cómo hacer para que no quieran todo ya

La paciencia forma parte del aprendizaje y gestión emocional de los niños, y es necesaria para frustrarse en un futuro.

Los niños pequeños no entienden el concepto del tiempo, no pueden saber si 5 minutos son mucho o son poco, no pueden hacerse a la idea de si van a tener que esperar un rato o una eternidad. Viven en el aquí y ahora y poco a poco van teniendo capacidades que les permiten proyectar más a medio-largo plazo.

Teniendo en cuenta esto, lo primero es ajustar nuestras expectativas. Pretender que estén callados, que no pregunten, que no se aburran es mucho pretender. ¿Qué podemos hacer para desarrollar su paciencia?

Predicar con el ejemplo

Los niños aprenden, entre otras cosas, de lo que ven que hacemos, somos su modelo, de manera que si queremos que sean pacientes lo que no podemos hacer es ser ansiosos nosotros.

No pedirles las cosas “para ya”

A la hora de dirigirnos a ellos vamos a intentar no meterles prisa todo el tiempo. Puede que estén llegando tarde a algún lado, pero hay formas y formas de hacérselo saber.

Si le decimos con brusquedad que tienen que hacer algo ya, le estamos trasmitiendo el mensaje de que es lícito exigirle a otro ser humano que haga algo “ya”. Intentá hacerle ver la necesidad de no entretenerse, pero no le pidas las cosas para “ya” o ellos las pedirán en los mismos términos.

Si está teniendo una rabieta porque quiere algo urgente y lo que hacemos es gritarle, no estamos ayudando a que entienda que es desde la calma como se piden y se esperan las cosas. En lugar de exigir y ponernos nerviosos lo que podemos hacer es levantarlos 5 minutos antes para tener más margen de tiempo, por ejemplo.

Reforzar la paciencia y explicar

Además de reforzar nos interesa explicarles por qué lo estamos haciendo, de manera que puedan entender la situación y establecer una relación de causa-efecto que les ayude a ir generando patrones.

No reforzar la impaciencia

Y en el polo contrario, no reforzar la impaciencia. ¿Cómo? No dándole lo que exige si no lo pide de manera adecuada, por ejemplo, o que tenga acceso a las cosas cuando buenamente se pueda, sin que nadie se tenga que desvivir porque lo tenga “aquí y ahora”.

Con “el tener las cosas en cuanto las pido” solo fomentamos que no aprenda a esperar y que precisamente esa espera, que es algo que se va a encontrar en la vida, le lleve a una tremenda frustración. No se trata de fastidiarlo ni negarle lo que pide, sino de hacerle entender que el sistema no funciona con la fórmula “pido-tengo”.

Actividades que fomentan la paciencia

Los juegos de mesa en grupo, esos en los que hay que esperar tu turno, por ejemplo, son estupendos para ir cultivando la paciencia. También los rompecabezas o cocinar (que requiere esperar a que algo se caliente, o a que termine el horno) son actividades estupendas para trabajar estas cosas.

Ser coherente y cumplir las promesas

Precisamente para ayudarles a que establezcan conceptos temporales y relaciones causa-efecto es importante que cumplamos lo que prometemos. Si le hemos dicho que después de merendar vamos a ir al parque, luego hay que ir , o si no la siguiente vez que se lo digamos no le va a calmar, al contrario, y va a sentirse igual o más de frustrado y eso derivará en que pida las cosas una y otra vez.

Marcarles límites temporales cortitos y concretos

Dado que no tienen capacidad para saber cuántos son 5 minutos en lugar de eso establezcamos los límites temporales con acciones y eventos concretos: “Iremos a casa de los abuelos después de haber buscado a papá del trabajo”.

De cara a los eventos que tendrán lugar dentro de días o semanas, para evitar que anden todos esos días diciendo, pensando y sintiendo “¿es hoy?” una cosa que funciona es hacer un calendario que ellos mismos vayan tachando. De esta forma tan visual les ayudamos a que establezcan tiempos.

Fuente: Bebés y más