Tarjetas de crédito: las 5 claves para no ser devorados por los intereses
- 2019-10-13 12:06:01
- 7
- 0
Cómo usar los plásticos para paliar la crisis y que el remedio no sea peor que la enfermedad.
El uso de las tarjetas de crédito es un recurso en el que casi toda
la clase media cayó para paliar la crisis pero muchos se terminaron
endeudando por los excesivos intereses que se cobran sobre todo al pagar
el pago mínimo. Desde La Nación explican cómo usarlas sin endeudarse
por los excesivos intereses. A tomar nota.
1- Arma de doble filo.
Las tarjetas de crédito son una herramienta que podemos utilizar con el
objetivo de financiarnos. Sin embargo, un mal uso nos puede salir muy
caro.
2- Límites. Si bien nuestros ingresos mensuales nos
permiten tener la noción de cuál es nuestro límite de gasto mensual, el
uso de tarjetas de crédito nos permite expandirlo y vivir temporalmente
por fuera de nuestras posibilidades. Podemos reconocer tres tipos de
límites que tienen las tarjetas. En primer lugar, el límite de compra,
es decir, las compras que se financian en un solo pago entre los
períodos de resumen. En segundo lugar, los límites de cuotas para las
compras de un determinado bien que se realizan en varios pagos y, por
último, los límites de adelantos, cuando la tarjeta de crédito nos
provee de dinero en efectivo sin que éste salga de nuestra caja de
ahorro. Estos tres componentes serán parte de un límite total que nos
permitirá utilizar la tarjeta como propietarios. El monto total estará
definido según nuestros ingresos mensuales. Esto quiere decir que a
medida que se va utilizando la tarjeta, ya sea en compras en un pago, en
compras en cuotas o en extracciones, irá disminuyendo el límite total y
cada vez tendremos menos disponible. A medida que se vaya abonando el
saldo, se irá recuperando la capacidad de uso.
3- La opción del
pago mínimo. Lo ideal, cuando se tiene tarjeta de crédito, es pagar todo
lo que se debe a la fecha de vencimiento de cada período mensual. Sin
embargo, esto no siempre es posible y tendremos dos alternativas: no
pagar o pagar el mínimo. Si no se abona absolutamente nada del resumen,
la tarjeta quedará inhabilitada a los pocos días de la fecha de cierre,
con lo cual no podremos seguir utilizando este medio de pago y, además,
contraeremos una deuda. La opción para seguir utilizando la tarjeta es
pagar el mínimo, que es un monto que aparece discriminado en el resumen.
A priori parece una gran opción: pagar menos de lo que en realidad debo
y poder seguir utilizando la tarjeta. Sin embargo, los intereses que
corren para el saldo restante son los más caros de todo el mercado de
tasas de interés, y esa es la razón por la cual al banco le conviene que
uno sea deudor. Si debemos $10.000 de tarjeta y pagamos el mínimo (por
ejemplo, $1000) podremos seguir gastando con la tarjeta al mes
siguiente, pero habrá intereses sobre los $9000 impagos. Son intereses
que corren a una velocidad que asusta y que abultarán mucho nuestras
deudas.
4- No quedar atrapados. Cuando se entra en la dinámica de
dejar saldos pendientes de pago, lo ideal es cancelarlos lo antes
posible para que los intereses dejen de correr. La primera manera de
hacerlo es la más simple y es que si, por alguna causa, generamos más
dinero ese mes, este vaya directo a cancelar esa deuda. La idea de
invertir ese dinero en algo para luego repagar esa deuda no es una
opción, dado que es muy difícil ganarle al interés que nos cobran los
bancos. La segunda alternativa es acceder a algún plan de pago que el
banco otorgue, para abonar en cuotas fijas y con una determinada tasa el
saldo del resumen de cuenta. Por último, se puede acceder a un préstamo
personal cuya tasa sea menor a la que pagamos por los intereses de la
tarjeta y cancelarlo. Claro que las condiciones dependerán de cada banco
y de nuestra condición crediticia personal.
5- ¿Más de una?
Tener más de una tarjeta de crédito aporta sus beneficios, como el de
poder aprovechar todas las promociones que las distintas marcas ofrecen,
tener una mayor posibilidad de que las acepten en diferentes comercios y
contar con varios límites de compra. Pero a no olvidar: como dijo el
Tío Ben, todo gran poder (de compra) conlleva una gran responsabilidad
(de límites).