El Presidente firmó la norma junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Economía, Martín Guzmán
Después de la derrota sufrida en el Congreso la semana pasada, el Gobierno decidió finalmente prorrogar el Presupuesto 2021 a través de un decreto que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández, su jefe de Gabinete, Juan Manzur y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
“A partir del 1° de enero de 2022 rigen, en virtud de lo establecido por el artículo 27 de la Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional N° 24.156 y sus modificatorias, las disposiciones de la Ley N° 27.591 de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2021, sus normas modificatorias y complementarias”, detalla el documento.
Luego, el texto añade: “Instrúyase al Jefe de Gabinete de Ministros a adecuar, oportunamente, el presupuesto que se prorroga mediante el artículo 1° del presente decreto con el fin de dar cumplimiento a los incisos 1 y 2 del Artículo 27 de la Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional N°24.156 y sus modificatorias”.
Más allá de los aspectos políticos de la fallida negociación, el proyecto del oficialismo tenía para 2022 previsiones de crecimiento de la economía del 4%, una inflación del 33%, un déficit fiscal del 3,5% del PBI y un dólar a $131,10 para diciembre del año próximo. Todas esos indicadores fueron considerados irrealistas por los legisladores opositores y por muchos analistas económicos.
La negativa a aprobar el Presupuesto, según Guzmán, tenía como ingrediente adicional el rechazo “a la programación macroeconómica que viene siendo la base de las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda absurda y dañina de USD 44.000 M que tomó el mismo espacio político que hoy “volteó” el presupuesto. Y claro, afecta las negociaciones”.
Más allá de los aspectos políticos de la fallida negociación, el proyecto del oficialismo tenía para 2022 previsiones de crecimiento de la economía del 4%, una inflación del 33%, un déficit fiscal del 3,5% del PBI y un dólar a $131,10 para diciembre del año próximo. Todas esos indicadores fueron considerados irrealistas por los legisladores opositores y por muchos analistas económicos.