miércoles, abril 24

Tregua con el dólar: ideal ahora para legalizar el blue

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Curiosa Argentina. Cuando se presenta cada vez más caótico el panorama político, con el diálogo roto entre el oficialismo y la oposición; en medio de la crisis de inseguridad, las tomas de casas y terrenos, y sobre llovido ahora las asonadas policiales; parecería que en el único lugar donde se encontró una tregua y cierta calma fue debido al alivio que significó el cierre exitoso del canje de la deuda y, lo más importante, en la cotización del dólar.

Hace 15 días el contado con liquidación se acercaba a $ 140, ayer fluctuaba entre $ 122 y $ 125. El dólar blue cayó $ 10, de $ 140 a $ 130. En lo inmediato, los operadores parecen haber tomado nota de los anuncios oficiales que anticiparon una «mega» intervención en el mercado de bonos por parte del Banco Central y la ANSeS para bajar la brecha, a la vez de acelerar la colocación de bonos y letras en pesos para alentar a los inversores institucionales a no fugar al dólar.

Ahora lo que se discute es cuánto puede durar esta tregua. Porque la realidad es que los problemas que generan la brecha y, cada tanto, el salto del dólar a nuevos equilibrios, se mantienen sin solución: el Banco Central pierde entre u$s 100 y 150 millones por día con el cada vez más absurdo y deficiente sistema cambiario actual, en el que todos quieren sacarle divisas al Gobierno, en tanto sólo venden dólares los que están obligados.

A la vez, la emisión de pesos para cubrir el déficit no para de aumentar, y ni siquiera se sabe con certeza cuánto habrá que seguir emitiendo por la continuidad de la pandemia y las cuarentenas en el país. Aun estabilizando la brecha interviniendo en el contado con liquidación, se coincide en el mercado que tarde o temprano el Gobierno deberá modificar la política cambiaria. Sencillamente porque el Central se queda sin reservas en uno o dos meses a este ritmo; tal vez dos meses más si sale a liquidar las joyas de la abuela, el swap chino, los derechos de giro del FMI, el oro y hasta alguna asistencia internacional adicional que se pudiera conseguir.

Seguir rifando las reservas argentinas para pagar los consumos en dólares que se pagan con tarjeta; para las importaciones de productos de lujo para la clase alta; o para los pasajes en business a Europa o Estados Unidos suena ya no solo ridículo, sino un poco injusto en una Argentina arrasada por la crisis sanitaria y socio económica.

Es difícil comprender a esta altura por qué no se autoriza un desdoblamiento cambiario que permita resguardar las reservas y no signifique ni abandonar el control de cambios ni convalidar una fuerte devaluación en el dólar oficial, que perfectamente puede seguir vigente para las importaciones y exportaciones que afecten precios internos sensibles.

La solución está entre las que analiza el Gobierno. Autorizar una franja de operaciones libres de compra y venta de dólares para ahorro y turismo, en un mercado legal donde los argentinos se puedan vender y comprar los dólares entre sí. Legalizar el blue. El Banco Central puede o no intervenir en ese mercado libre, sin obligación ni compromiso al nivel de las reservas.

Habría un dólar comercial igual que ahora para exportaciones e importaciones, y un dólar ahorro y turismo libre, que cotizaría igual que hoy en los mercados libres de arbitraje de bonos, sin tanta intermediación que sube los precios en el medio. Incluso en el futuro una parte de las exportaciones se podría liquidar por el dólar financiero libre, y determinadas importaciones de lujo deberían pagarse al dólar, al precio que vale en el mercado, sin el subsidio del dólar oficial para importaciones.

Probablemente en estas semanas, después del acuerdo con los acreedores por el canje de la deuda y la correcta decisión de adelantar las conversaciones con el FMI prometiendo reducir a 4,5% el déficit fiscal en 2021, si el Gobierno permitiera que los argentinos pudieran vender en bancos y casas de cambio legalmente y al precio de mercado los cientos de miles de millones de dólares que acumulan en sus casas y cajas de seguridad, seguramente habría más gente vendiendo que comprando. Nadie vende a $ 78, desde luego. Otra cosa es a $ 125. Todos quieren comprar a $ 78, otra cosa es pagar $ 135.

Incluso se podría aumentar fuertemente la recaudación del Impuesto País a la compra venta de dólares. Con un mercado desdoblado, bajando a 10% el Impuesto País, se calcula que la recaudación podría triplicarse. Además del círculo virtuoso que genera el ingreso de capitales en términos de consumo. Porque naturalmente vendiendo dólares legales a $ 130, hay precios internos en Argentina para consumir o para comprar activos que se tornan atractivos. El boom de venta de autos de alta gama en mayo y junio es una muestra evidente de que los dólares están. Hay que formular un esquema cambiario que permita que la gente los pueda vender. Hoy rige, aunque parezca incomprensible, un sistema que genera todo lo contrario.

Seguir insistiendo con acentuar el cepo no hará otra cosa que seguir paralizando la economía. Ya se probó, además, que Presidente que aplica cepo, Presidente que pierde las elecciones.

Este nuevo equilibrio del dólar y si se puede sostener, o si habrá un saltito de ahora hasta fin de año en la brecha, obviamente depende de lo que haga el Gobierno con la emisión, el déficit y la tasa de interés. Pero haber acordado con los acreedores y acelerar la negociación con el FMI es un muy buen comienzo. Debería aprovechar el equipo económico la mejor sintonía que semana a semana logra sintonizar Martín Guzmán con el establishment local. Al lado de sus colegas de gabinete económico, el hombre de Columbia se destaca cada vez más por la prudencia. Pide equilibrio fiscal, rechaza el cepo, salió del default, habla con el FMI. Dice un conocido consultor financiero: «Más vale Guzmán conocido, que joven economista de La Cámpora por conocer».