
Wilfredo Loza, egresado de la Técnica II, estuvo en el equipo de desarrollo de la antena del Saocom 1B, construida en Córdoba.

La noticia es un orgullo para Salta. Un
chango de Villa Soledad, del sur del macrocentro capitalino, participó
en la construcción del satélite argentino Saocom 1B, que fue lanzado con
éxito, el domingo a la noche, desde Cabo Cañaveral, en Florida, EEUU, a
bordo de un cohete Falcon 9 de la empresa espacial SpaceX.
Se trata
de Wilfredo Loza, quien tiene actualmente 37 años, y trabaja en el
Laboratorio de Integración Electrónica del Centro Espacial Teófilo
Tabarena.
“Verlo volar fue una alegría inmensa y es un orgullo como
argentino ver que nuestro trabajo se fue al espacio, ver que todo lo que
se hizo es con tecnología y mano de obra nuestra”, dijo Wilfredo en
comunicación telefónica con El Tribuno.
El salteño
trabaja en un equipo de unas 30 personas que desarrollaron los módulos
electrónicos de la antena del satélite. A los 30 minutos del
lanzamiento, el satélite se separó del cohete Falcon 9 y cinco minutos
después la estación terrena de Lima captó la primera señal de
operatividad correcta del aparato argentino. Eso decretó que su trabajo
en la antena fue exitoso.
Ahora bien, se debe decir que Wilfredo
salió directamente de la Escuela de Educación Técnica (EET) 3138 Alberto
Einstein. Se suma la gloria de la “Técnica II”, como se la conoce más
en la calle.
A la primaria la hizo en la escuela del barrio, en la
“25 de Mayo de 1810”, de la calle Francisco Arias al 800. Siempre en la
educación pública.
“Si
tengo que agradecer a alguien en mi vida es a mis padres (Raúl y Delia)
que siempre hicieron lo imposible para que yo estudie, para que todos
estudiemos porque somos 7 hermanos. Y además a mi querida Técnica II y a
mis profesores que me llevaron por este camino de técnica electrónica.
Debemos valorar esa formación”, dijo desde su casa en barrio Güemes.
El Centro Espacial Teófilo Tabanera es un complejo de investigación de la CONAE dedicado al estudio de diversas ramas de la aeronáutica, tecnología y la astronomía en la República Argentina. Se ubica 30 km al sudoeste de la ciudad de Córdoba.
Si ve en su historia personal, lo
cíclico de las crisis del país le dieron un impulso a meterse en nuevos
proyectos. Por el año 2001, cuando todo estaba mal, con su papá sin
trabajo, se fueron a Santa Cruz de la Sierra a probar fortuna. No les
fue bien y al año Wilfredo se volvió y al tiempo se fue a Córdoba.
Intentó estudiar en la universidad local hasta que consiguió trabajo en
una empresa terciarizada que brindaba sus servicios a la CONAE (Comisión
Nacional de Actividades Espaciales), que es la agencia del Gobierno
nacional responsable del Plan Nacional Espacial.

Equipo de trabajo de Wilfredo
El desmantelamiento de CONAE llegó en 2015 y se vieron perjudicadas las terciarizadas que redujeron el personal de manera drástica. Se “congelaron” varios proyectos y Wilfredo fue uno de los tantos que engrosaron los porcentajes de desocupación. Como si fuera una bendición divina, la misma CONAE se lo lleva y entra al equipo de la antena del satélite que por varios momentos quedaba en duda por la reducción de presupuesto. Sin embargo, el equipo siguió y Wilfredo trabajó en las placas, en las soldaduras, en los componentes y en los ensayos. Los cuales funcionaron muy bien, tras el lanzamiento.
“Estos dos satélites constituyen un beneficio y un logro muy importante para nuestro país en materia científica. No tenemos duda que apostar a la ciencia es el camino y este Gobierno lo entiende así porque ya tenemos luz verde para seguir con otros proyectos y eso nos llena de orgullo”, concluyó Wilfredo Loza.
f: El Tribuno