El gobierno decidió eliminar los feriados puente turísticos a partir de 2025, transformándolos en días «no laborables». Según el decreto reciente, los días 2 de mayo, 15 de agosto y 21 de noviembre dependerán de los empleadores, quienes decidirán si otorgan el día libre o no.
Esta medida genera preocupación en el sector turístico, que utilizaba los feriados puente para impulsar la actividad en temporada baja. Durante años, estos fines de semana largos fueron una herramienta clave para equilibrar la caída en las reservas, atrayendo a turistas nacionales y sosteniendo economías regionales.
El contexto actual del turismo en Argentina intensifica el impacto de esta decisión. El sector enfrenta desafíos como la disminución en las reservas y la competencia con destinos internacionales más accesibles. El atraso cambiario y los altos costos locales han hecho que viajar al exterior, especialmente a países como Brasil, resulte más económico que vacacionar dentro del país.
Las cámaras empresarias han expresado su preocupación, advirtiendo que la eliminación de los feriados puente podría agravar una situación ya crítica. Han solicitado medidas como la reducción de impuestos para competir con los mercados extranjeros y evitar que la crisis en el sector se profundice.
La decisión del gobierno de Milei representa un cambio de enfoque en la política turística, priorizando la flexibilización laboral por sobre el estímulo al turismo interno. Ante un verano con perspectivas económicas poco alentadoras, el sector enfrenta incertidumbre y un posible descenso en la actividad de una industria considerada clave para el desarrollo regional y nacional.





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