Salta es una de las pocas provincias que preservó su nivel de inversión respecto de 2014. Sin embargo, en 2024 también sufrió una reducción real del presupuesto en educación.

El financiamiento educativo en Salta muestra un comportamiento distinto al del promedio del país. De acuerdo con el último informe de Argentinos por la Educación, la provincia consiguió sostener el nivel de inversión que tenía hace una década, algo que solo lograron un puñado de jurisdicciones.
Pero la fotografía cambia cuando se observa lo ocurrido este año: el presupuesto real destinado al sistema escolar se redujo en 2024, afectado tanto por la inflación como por la caída de aportes nacionales.
Así lo explicó Javier Curcio, vocero de la organización e investigador del IIEP-UBA-CONICET. Según señaló, la situación salteña “no es de expansión, sino de resistencia”.
“La provincia mantuvo el nivel de inversión que tenía hace diez años, pero en el último año también sufrió una baja. El escenario general es de tensión financiera”, señaló.
El ajuste nacional tuvo un peso determinante. Los fondos educativos enviados por el Gobierno central —incluidos programas salariales, infraestructura y asistencia a las provincias— se redujeron de manera marcada. “Los recursos que aporta Nación hoy representan aproximadamente la mitad de lo que se transfería en 2023. Ese recorte repercute en todas las jurisdicciones”, explicó Curcio.
La caída del financiamiento también se ve reflejada en los ingresos docentes. Aunque Salta no está entre las provincias con los descensos más profundos, el poder adquisitivo real de los salarios no logró sostenerse durante 2024.
El informe subraya que uno de los desafíos más urgentes es recuperar la inversión para acompañar los procesos de aprendizaje, mejorar las condiciones edilicias y sostener políticas educativas claves.
“Si no se refuerzan los recursos, será muy difícil revertir los problemas que muestran los indicadores de aprendizaje y permanencia”, concluyó Curcio.





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