El Gobierno oficializó una serie de movimientos estratégicos en la conducción de la principal entidad financiera estatal, en una decisión que refuerza el alineamiento político del organismo con la Casa Rosada y redefine su esquema de poder interno.

El Gobierno avanzó con una nueva reorganización en la conducción del Banco Nación y oficializó la llegada de Darío Wasserman a la presidencia de la entidad. La designación quedó establecida a través de un decreto firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, tras la salida de Daniel Tillard, que se concretó días atrás.

El recambio no fue un hecho aislado. Con este nombramiento, Wasserman dejó la vicepresidencia del banco —cargo que ocupaba desde el inicio del actual gobierno— para completar el mandato legal como máxima autoridad de la institución. La decisión confirma el peso del círculo cercano a Karina Milei en uno de los organismos más relevantes.

Taillard, ahora ex presidente del Banco Nación mantenía relaciones con el peronismo cordobés ligado a Juan Schiaretti y Martín Llaryora, un espacio del que ya fueron corridos otros referentes dentro del Ejecutivo nacional.

En paralelo, el Gobierno también formalizó cambios en el directorio de la entidad y Carolina Píparo fue designada como nueva directora tras aceptarse la renuncia de Rodolfo Carvajal, lo que implicará que la diputada abandone su banca en el Congreso para sumarse a la conducción del banco.

Wasserman llega al cargo con un perfil técnico vinculado al financiamiento productivo. Su carrera está asociada al sistema de Sociedades de Garantía Recíproca, clave para el acceso al crédito de las pymes. Presidió Garantizar SGR y Móvil SGR, además de ocupar cargos en cámaras sectoriales y organismos regionales, y cuenta con experiencia en consultoría privada.