lunes, noviembre 11

Absolvieron a los cuatro jefes acusados por la muerte de los 43 gendarmes

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Expresiones de dolor, indignación y malestar interrumpieron ayer la lectura del veredicto que absolvió de culpa y cargo a los cuatro jefes de Gendarmería Nacional que fueron llevados a juicio por el fiscal general, Carlos Martín Amad, en el marco de la causa penal que buscaba justicia por la trágica muerte de 43 gendarmes en un accidente vial ocurrido el 14 de diciembre de 2015, en Rosario de la Frontera.

Alrededor de 60 personas, entre familiares y amigos de las víctimas, llegaron a la sala de audiencia del Tribunal Oral Federal N°2 para escuchar el veredicto y, acaso, cerrar una herida que sangra desde hace más de nueve años, tiempo que demandó el juicio.

Los jueces Domingo Batule, Marta Snopek y Alejandra Cataldi, todos oriundos de Jujuy, pero circunstancialmente reunidos en el tribunal 2 salteño, fueron los encargados de impartir justicia, la que quedó volcada para el lado de los cuatro jefes acusados, quienes resultaron absueltos.

Se trata de los comandantes Juan Carlos German, del área de Logística; Juan Carlos Bordón, jefe de Personal; Elio Rafael Méndez y Ramón Antonio Maidana, primer y segundo jefe del Destacamento Móvil 5, de Santiago del Estero, base de la cual salieron los 43 gendarmes muertos, en un colectivo que no estaba en condiciones de circular.

El micro, junto a otros dos más, transportaban en total 150 gendarmes que iban a Jujuy, en donde los conflictos sociales por el cambio de gobierno tenían a esa provincia convulsionada, algo que los jueces reconocieron cuando dieron el fallo.

El colectivo siniestrado, que encabezaba el convoy, se desbarrancó en la ruta 34, a la altura del puente sobre el arroyo Balboa, cayendo desde una altura de más de 10 metros, accidente que mató a 43 de los ocupantes y del que sólo se salvaron siete, aunque con graves lesiones.

Al investigar la causa del siniestro, se estableció que el conductor perdió el control a raíz del reventón del neumático delantero, del lado derecho, el cual no estaba en condiciones de circulación, pero nadie lo había cambiado, siendo éste el meollo de la cuestión en el debate.

Dijeron que el comandante Otero debió ser enjuiciado

En su alegato, el fiscal dejó en claro que esta negligencia era conocida por los acusados, quienes desconocieron la novedad en la escala de mando, camuflaje que le sirvió para esquivar cualquier responsabilidad penal, estrategia que las defensas abonaron muy bien a lo largo del juicio.

En ese sentido, el abogado Marcelo Arancibia, defensor de German, fue tajante al remarcar que su cliente no estuvo en el escenario de los hechos, pues desde abril de 2015 hasta el 20 de diciembre, de ese año, se hallaba en una base de Gendarmería, en Rosario de Santa Fe.

Luego, como lo ameritaba la situación, cambió el eje de la discusión y le apuntó al comandante Gerardo Otero, exdirector de logística y luego Director General de Gendarmería Nacional, como uno de los responsables que debió ser llevado a juicio, en especial para que explique por qué había decidido que los rodados de esa fuerza no debían cumplir con la Revisión Técnica Obligatoria (RTO), un requisito que podría haber salvado a los gendarmes del fatal accidente. También fue muy perspicaz al cuestionar a dos testigos que habían sostenido que informaron de la avería del neumático a los acusados, incluso uno de ellos se negó a conducir el micro siniestrado porque sabía que no era seguro.

Neumáticos en mal estado

Los argumentos de Arancibia dieron sus frutos, pues el tribunal al dar a conocer algunos de los fundamentos de su veredicto sostuvo que la fiscalía no estableció el nexo que unía a los acusados con el conocimiento anticipado del neumático en mal estado.

La decisión de los jueces se veía venir, pues al regresar a la sala, después de dos horas de deliberación, evitaron dar a conocer directamente el veredicto de absolución. Para ello, se refirieron a la labor de las partes, resaltaron el trabajo de la fiscalía, de las defensas y, en parte, cuestionaron a una de las querellas.

El juez anunció que iban a hacer lugar al reclamo por daño moral, en una suma de poco más de 900 mil pesos.

Acto seguido, ya sin más vuelta que dar, Batule leyó el veredicto que resumió la absolución de los cuatro acusados. Al escuchar y confirmar que tanto reclamo por justicia había sido en vano, los familiares se miraron unos a otros y estallaron en fuerte reclamos por lo que creen fue una injusticia.