jueves, noviembre 14

Caputo define prioridades: sacrifica reservas para achicar la brecha y lograr «inflación cero»

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El ministro da por hecho que el invierno terminará con cifras negativas y suma incertidumbre en el mercado. ¿Necesita del FMI para convencer a inversores?

En marzo de 1995, durante el gobierno de Carlos Menem y bajo la convertibilidad de Domingo Cavallo, Argentina alcanzó un hito histórico al convertirse en el único país del mundo con una inflación del 0%. Este logro se dio tras heredar una economía en crisis de Raúl Alfonsín, marcada por una hiperinflación del 5.000%, una caída del 6% en el PIB y una deuda externa de 63.000 millones de dólares.

Javier Milei, actual presidente, ha expresado su admiración por Menem, incluso erigiendo un busto en su honor en la Casa Rosada. En las últimas semanas, Milei ha comenzado a prometer que su administración también buscará alcanzar una «inflación cero», como ocurrió hace tres décadas. Para lograrlo, Milei sostiene que su gobierno se enfocará en tres pilares: superávit fiscal, nula emisión monetaria y un costo de vida controlado. Estos elementos, según él, permitirán negociar un nuevo acuerdo con el FMI, levantar el cepo cambiario y reactivar el crecimiento económico en Argentina.

En línea con este objetivo, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha asumido la difícil tarea de mantener reservas negativas. Entre junio y julio, el gobierno volvió a caer en una posición deudora en cuanto a reservas netas, utilizando dólares de los depositantes para financiar las operaciones diarias, una maniobra siempre arriesgada.

El equipo económico ha flexibilizado el pago de importaciones, lo que complica aún más la acumulación de reservas. Sin embargo, el gobierno ha logrado reducir la brecha cambiaria, un paso crucial para eventualmente considerar la eliminación de las restricciones en el mercado de cambios.

Consultoras privadas, como Arriazu Macroanalistas, advierten que alcanzar el superávit financiero en este segundo semestre podría no ser suficiente para restaurar la confianza de los inversores, especialmente en un contexto de desconfianza entre los operadores financieros.

Caputo ha priorizado la reducción de la brecha cambiaria, sacrificando reservas en el proceso, con el objetivo de lograr la «inflación cero». Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), las reservas netas negativas han alcanzado los 6.500 millones de dólares, lo que incrementa la preocupación entre los bonistas. En enero, el Tesoro deberá afrontar pagos de capital e intereses por 4.600 millones de dólares, lo que podría llevar las reservas a un nivel negativo de 13.000 millones de dólares.

Este lunes, el Banco Central (BCRA) registró su cuarta jornada consecutiva de pérdida de reservas debido a intervenciones en el mercado cambiario oficial, desprendiéndose de otros 124 millones de dólares. Se estima que el BCRA podría destinar cerca de 1.900 millones de dólares en agosto y septiembre para mantener esta estrategia.

Si estas intervenciones continúan, las reservas negativas podrían llegar a los 8.500 millones de dólares. Ante esta situación, el gobierno necesitará un desembolso de fondos frescos del FMI y un acuerdo con bancos que aporte al menos 5.000 millones de dólares. Es posible que estos fondos se respalden con el oro enviado al exterior.

La consultora Consultatio, dirigida por Eduardo Costantini, señala que el mercado aún no ha aprobado los últimos anuncios del gobierno. «Si así fuera, deberíamos observar la brecha cambiaria colapsando», afirman.

A pesar de los desafíos, el gobierno parece decidido a reducir la inflación, incluso a costa de sacrificar actividad económica y acumulación de reservas. Caputo considera que la brecha cambiaria no debería superar el 20% cuando se decida levantar el cepo cambiario.

Todo este plan se completaría con un nuevo acuerdo con el FMI, que le permitiría a la administración de Milei encarar el 2025 con mejores perspectivas electorales y con el apoyo necesario en el Congreso para impulsar sus políticas clave.