Si se toma el promedio de las últimas cuatro semanas, la inflación superó el 32% y las perspectivas de los analistas son poco alentadoras

La inflación de la segunda semana de enero marca una leve distensión respecto de la fuerte alza de las semanas previas. El movimiento fue del 3,7% contra 4,6% de la semana anterior. Y contra una suba del 6,1% en la segunda semana de diciembre, justo antes de la devaluación.

Los registros están contenidos en el último relevamiento de la consultora LCG, que monitorea el sistema de precios de los alimentos semana tras semana.

Con el cierre de la primera quincena del año, la inflación promedio ascendió al 8,4%. Sin embargo si se toma el promedio de las últimas cuatro semanas, la inflación superó el 32%.

Se trata de una desaceleración leve respecto de lo que venía siendo, pero que en el acumulado muestra una inflación que no se mueve del récord ya visto en el último mes de 2023.

Los números de LCG no se diferencian demasiado de los que manejan en otras consultoras. 

Las principales subas

Es interesante prestarle atención a los alimentos que encabezan el ranking de aumentos de las últimas dos semanas. El azúcar -con 12,8%- encabeza los ajustes. Siguen las bebidas, con el 9,8%. Y el rubro de los lácteos cierra el podio, con un encarecimiento promedio del 8,3%.

Con el cierre de la primera quincena del año, la inflación promedio ascendió al 8,4%

Llama la atención lo sucedido con las carnes. Aumentaron apenas el 0,3%, lo que en gran parte explica la menor tensión que se ve en el sector de los alimentos.

No es que haya un aflojamiento de los precios de ese rubro tan decisivo para los ingresos de la sociedad sino que la carne sirve para entender esa menor alza en los alimentos. El resto permanece, con sus más y sus menos, con fuertes subas de precios.

La consultora Equilibra -que dirige el economista Martín Rapetti- prevé una inflación promedio del 20% mensual entre enero y abril. En esa proyección se ve perfectamente lo difícil que la tendrá el flamante gobierno de Javier Milei para acomodar los precios a la baja. Existe una dinámica, una inercia inflacionaria, que será muy complicada de desanudar. Y en este diagnóstico coinciden la mayoría de las consultoras.

De hecho, de acuerdo al relevamiento organizado por el Banco Central (REM), los economistas recién prevén una disminución de la inflación hacia mediados de año.

Recién avizoran un índice de inflación por debajo de los dos dígitos para el mes de junio. De hecho, la inflación prevista para este año es similar a la de 2023, algo por encima al 200%.