Cómo cuidar tus labios

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Los mejores ingredientes para proteger esta parte del rostroncluir la protección e hidratación de los labios en las rutinas diarias de cuidado de la piel, independientemente de la época del año o de si se pasa tiempo al aire libre o no, es una costumbre muy necesaria.

Los factores externos, como el sol, el viento y el frío, pueden acelerar la tasa de pérdida de humedad de los labios. También pueden sufrirla en espacios interiores y situaciones menos extremas, como la calefacción central o el aire acondicionado. Condiciones de humedad relativa baja y el frío propio del invierno también la provocan.

La aplicación de  un bálsamo o protector labial hidratará la zona y, para facilitar la absorción del producto, es recomendable la aplicación de un exfoliante suave una vez por semana.

La radiación solar es dañina durante todo el año, con lo que deben emplearse productos con un factor de protección adecuado. Un SPF 30+ o SPF 50+ sería lo ideal. La exposición solar es un desencadenante de enfermedades como el herpes labial o las ampollas febriles.

Un protector adecuado debe incluir tanto humectantes efectivos como protector solar. Su uso debería ser diario y su aplicación previa al labial de color.

Algunos de los ingredientes más beneficiosos:

Aceite de almendras: debido a su alto contenido en ácidos grasos insaturados, es uno de los aceites naturales más hidratantes que existen. También actúa como barrera protectora contra agentes externos perjudiciales.

Aceite de rosa mosqueta: ayuda a mejorar la elasticidad y a la regeneración de las diferentes capas de la piel. Es rico en ácidos grasos y su uso supone un gran aporte en hidratación.

Manteca de karité: funciona como regenerador celular y aporta elasticidad a los labios. Ayuda a hidratar, calmar la piel y proteger de los rayos UV, muy útil para los labios resecos por el frío.

Aceite de girasol: contiene agentes hidratantes y antioxidantes (vitamina E). Es de rápida absorción y duradero.

Aceite de oliva: cura labios agrietados, cortados, resecos y quemados; los hidrata y protege de factores externos como el frío o el calor.

Aceite de ricino: su contenido en ácidos grasos aporta un brillo natura, mejorando el aspecto exterior de los mismos. Es resistente y también actúa como protector.

Aceite de abissinian: se absorbe fácilmente, aportando suavidad e hidratación.

Vitamina E: combate la contaminación provocada por agentes externos y ayuda a la fotoprotección.

Fuente: Correo farmacéutico