lunes, noviembre 18

Cómo elegía el Polo Obrero a las empresas truchas para facturar y desviar fondos millonarios

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En medio de la investigación por las facturas truchas con las que la organización habría desviado 81 millones de pesos, se dio con el cerebro de una de las firmas apócrifas.

La investigación por las facturas truchas del Polo Obrero con la aparente finalidad de desviar fondos asignados en el marco del Plan Potenciar Trabajo dio con un chat en el que se revela cómo se eligió a la empresa emisora de dichas facturas y el cerebro de dicho plan.

Hasta el comento se conocía que Coxtex, una de las tantas empresas que se usaban como emisoras de la facturación, era una firma falsa creada con el único objetivo de hacer facturas truchas para justificar gastos inexistentes, según publicó TN en su web.

Por este mismo caso, el líder del Polo Obrero Eduardo Belliboni se encuentra procesado por administración fraudulenta en perjuicio del Estado Nacional.

Asimismo, también se sabía que los “fundadores” de esta empresa fantasma eran Luis Alexander Pichuaga y Mariano Soledad Vega, que en la practica non eran más que prestanombres. La novedad es que la investigación dio con quien es el verdadero cerebro de la estafa gracias al mencionado chat, acontecido un mes antes de la primera facturación del Polo Obrero. En el diálogo, una persona que se mantiene en el misterio se contactó con una mujer llamada Anahí Rivero para pedirle que le pase una lista de empresas truchas.

El chat

Luego, Rivero le escribió a un sujeto llamado Leandro G. Kebleris, quien le envió un listado con 7 empresas fantasma entre las que figuraba Coxtex. La conversasión avanzó de la siguiente manera:

Anahí Rivero: Ahí le pasé todo y le acabo de pasar esa otra que me mandaste.

Leandro Kebleris: Después vemos tema precio.

Anahí Rivero: Si, dale, yo no le pasé precio… ah. lo que me pidió fue si podemos conseguirle remito… eh… recibo… si, le dije, es lo de menos.

Unos días después, Rivero le insistió a Kebleris con que la empresa trucha pudiera proveer recibos. 46 días después, Coxtex hizo su primera factura para el Polo Obrero por un total de 3.644.418 pesos. En total fueron dos las facturas de esta empresa que la organización piquetera presentó ante Desarrollo Social, en total suman 5.459.418 pesos. La empresa en cuestión no tenía sede social, carecía de operatoria real y la AFIP la catalogó como una usina de facturas truchas.

Los cheques que la organización de Belliboni usó para pagar supuestas computadoras terminaron en cuentas bancarias de empresas que para la Unidad de Información Financiera (UIF) operaban como cuevas financieras. Por otra parte, la investigación determinó que la escritura de constitución de Coxtex fue firmada por el escribano Juan Bautista Darrasaga, quien fue investigado en el caso Ricardo Jaime y Lázaro Báez.

La ruta del dinero del Polo Obrero

Este caso puntual se inscribe en una investigación detrás del desvío de fondos por parte del Polo Obrero que alcanzan los 81 millones de pesos, que fueron parte de un fondo por 360 millones que Desarrollo Social había bajado a esta organización, su cooperativa de trabajo El Resplandor Limitado y unidades de gestión con finnalidades como compra de ropa, herramientas y dictado de cursos.

De ese monto total, solo se rindieron cuentas por 270 millones, mientras que los 81 millones restantes. Pero se supo que de esa cantidad, unos 40 millones fueron desviados a unas 6 empresas truchas, entre ellas Coxtex. Las otras firmas apócrifas son Imprenta Rubros, Riciprint, Urban Graphics, Miniso Trade y Carlos Monfrini. 18 millones retoraron al Partido Obrero, brazo político del Polo Obrero, para gastos electorales.