martes, noviembre 19

Cómo no va a crecer Milei en las encuestas

0
416

Nota extraída de Clarín por Ricardo Roa

El libertario capta de izquierda a derecha. Lo ven como lo más opuesto a los culpables de la crisis. Y hay mucha gente cansada de la política o, mejor dicho, de muchos políticos.

Cómo no va a crecer Milei en las encuestas

Javier Milei y el escribano del tercer sorteo de su sueldo. La movida le suma seguidores al diputado.

Las encuestas están avisando. Habrá que ver si los destinatarios se enteran. Sin ir muy lejos, el miércoles el presidente Alberto Fernández homenajeó la marcha contra la dictadura del 30 de marzo del 82, que encabezó Saúl Ubaldini y fue violentamente reprimida. Devolución de gentilezas: Fernández fue homenajeado con la campera que Ubaldini usó ese día.

Es muy grande el afán de apropiarse de momentos históricos y, de paso, olvidar otros. Cuatro días después, y este sábado se cumplen 40 años, los militares se lanzaron a la irresponsable aventura de Malvinas. La movilización fieramente reprimida fue reemplazada por cálidos aplausos. No sólo Ubaldini: el radical Contín, el peronista Bittel y hasta figuras de la cultura se subieron a un extraño y populoso charter de la Fuerza Aérea a Puerto Rivero, ex Puerto Stanley, para cantar presente en la asunción del general Menéndez como gobernador. La política, dicen o se cree, obliga estas cosas. ¿Cómo decir que no? Para muchos sería traición a la Patria. Alfonsín dijo no.

Más noticias de Malvinas. Hablando con la muy inglesa BBC, Fernández añadió otra pieza a su colección de despropósitos. Dijo: “Si algo tengo claro, lo único que tengo claro, es que inglesas no son las Malvinas, eso sí lo tengo claro”. ¡Clarísimo! Es una forma de hablar, pero lo que está diciendo es que es lo único que tiene claro y hay sospechas generales de que, efectivamente, sea así.

También de la semana: un cristinista y Bergoglista de pura cepa, el piquetero Juan Grabois, fue al caos de los acampes por todos lados a expresar su solidaridad hasta con uno que había apedreado el despacho de su jefa, Cristina Kirchner, que lo mandó a la cárcel. Para Grabois es un preso político. Uno más que se confunde.

Mientras, Massa amagaba con irse del Frente de Todos en cuya construcción estuvo desde la hora cero. ¿Puro humo? Con él nunca se sabe. Dicen que Massa dice que quiere mostrar un camino entre Cristina, que grita y no pasa nada y Fernández, que escucha los gritos y no hace nada. Otra vez, la gastada ruta del medio.

Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta en la cena de la Fundación Conciencia. Foto Martín Bonetto

Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta en la cena de la Fundación Conciencia. Foto Martín Bonetto

Ese día, Massa se pegó para la foto a su amigo Larreta, que se postula por la oposición. Otro de la oposición, y amigo de Massa, el jujeño Morales, jefe del radicalismo, criticó a la Ciudad de Larreta porque allí la pobreza es de 6% y en el norte de 35%. Morales usa a menudo argumentos del kirchnerismo. Salvo error u omisión, la UCR está en Juntos. Morales es notoriamente tan cercano a Massa como a Larreta. Cosas que también dejan perplejos a muchos.

Y además, la interna que sacude al oficialismo llegó de pronto a los cuarteles. En una embestida contra el jefe del Ejército, el Instituto Patria del senador Parrilli trató de colar al general López Blanco, jefe de Granaderos con Cristina y hoy el dos de la fuerza, como comandante operacional de las Fuerzas Armadas. Iba a reemplazar al general Deimundo, de reconocida gestión en el Operativo Belgrano en la pandemia. El ministro de Defensa se lo impidió. No fue el único movimiento K en el campo militar. A comienzos de mes, Milani, ex jefe del arma, reapareció para exhortar a un alineamiento con Putin en la guerra de Ucrania.

Algo semejante plantearon las diputadas chavistas Blanca Eekhout y Carola Chávez, que se creía enviadas por Maduro para hablar de un plan para invadir Venezuela. Terminaron hablando con dirigentes del cristinismo no de esa delirante conspiración sino de la defensa de Putin. Y ya que estaban, se entusiasmaron arremetiendo contra medios y redes sociales, casi al tiempo en que lo hacía Béliz, el callado secretario de Estrategia, que abandonó su bajísimo perfil para promover censura con un cuidadoso discurso de modo que pueda decir no hablo de censura. Quedan menos distraídos.

El Presidente se agarró de Malvinas y metió al Diablo en los precios. Y Feletti, jefe de los precios controlados, abrió el paraguas porque el índice de marzo se arrimó al 6%. Declaró que él milagros no hace. Lo único que falta: que alguien diga que hace milagros. Y a una artista, Nacha Guevara, le darán casi $ 12 millones porque se exilió en los 70, perseguida no por la dictadura sino por el gobierno democrático de Isabel Perón. Nada de milagro con los jubilados: recibirán un bono consuelo de $ 6.000.

Alejados de la gente, los políticos hablan demasiado de una política que se muestra más de interés personal que de interés por los demás. ¿Cómo no van a crecer Milei y los Milei en las encuestas? Milei arrancó, como tantos otros, en la Ciudad. Sacó sorpresivos 17 puntos y de la nada, subió al tercer lugar. Juntó votos en la clase media y en sectores bajos, con un discurso que capta de izquierda a derecha, sobre todo jóvenes que no piensan en derecha o izquierda sino en lo opuesto a los que hablan y no los ayudan a mejorar su calidad de vida.

Milei le come votos a Juntos y también a Todos. Managment & Fit lo pone segundo en Provincia, midiendo la diferencia entre imagen negativa y positiva. Y otra encuesta lo sube a primero a nivel nacional. Todo sin recursos, con un discurso muy agresivo centrado en charlas personales. Otro dato: los principales candidatos aparecen con más imagen negativa que positiva. Como en el 2001, hay mucha gente cansada de la política, o cansada de muchos políticos. Pesimismo sobre hoy y lo que viene. La falta de expectativas puede ir a la frustración o hacia algo nuevo. Aunque ir a algo nuevo no significa que será mejor. Al contrario, puede llevar a mayores frustraciones.