Con Juan Grabois y Mario Secco, abrió la temporada de amenazas

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Una parte del peronismo cree en el cuarto poder: a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial le agrega otro más: ¿la prensa? No, la violencia. Si el Poder Judicial falla en contra de su líder, la violencia es una opción.

Falta mucho para las primarias de agosto pero algunos seres de luz del peronismo y adyacencias ya inauguraron la temporada de amenazas cuasigolpistas. ¿De qué se trata? Como el peronismo sabe que quizás tenga que dejar el poder en diciembre -es una probabilidad grande, no una certeza-, todas las semanas nos ofrece una o dos frases de golpismo anticipatorio, para que la oposición vaya remojando su barba y sepa lo que le espera.

Juan Grabois y la primera frase de golpismo anticipatorio

El primero en desinhibirse fue Juan Grabois al exteriorizar su sueño “tanático”, es decir, de muerte. En su programa en El Destape, Roberto Navarro le planteó escenarios futuros por fuera del poder y cómo sería pasar a la “resistencia”. Grabois contestó así: “Mis pulsiones tanáticas me hacen pensar que la vamos a pelear y en un año y medio se van en helicóptero. La verdad que esa fantasía la tengo, lo que pasa es que los muertos siempre los pone el pueblo, los ponen nuestros compañeros”.

Juan Grabois: “Mis pulsiones tanáticas me hacen pensar que la vamos a pelear y en un año y medio se van en helicóptero (Foto: NA).
Juan Grabois: “Mis pulsiones tanáticas me hacen pensar que la vamos a pelear y en un año y medio se van en helicóptero (Foto: NA).

Hablemos primero de “pasar a la resistencia”. Las palabras denotan posición. Cuando hablamos, al elegir un término y no otro, mostramos nuestro “GPS ideológico”. ¿Es ingenuo o casual hablar de “la resistencia”? Resistencia es lo que hacían los países europeos frente al avance del nazismo. “Resistían” la ocupación de Hitler. Y más acá en el tiempo se hablaba de “resistir” a la dictadura.

También se habla de que ciertos sectores “resistieron” las “políticas neoliberales de Menem”. Pero tenemos un problema: Néstor, Cristina, Parrilli (que fue miembro informante en la privatización de YPF) y prácticamente todo el peronismo, fueron menemistas y apoyaron ayer lo que mañana -imaginan exageradamente- podría hacer la oposición en el poder.

Dicho de otro modo: Cristina no fue Norma Plá ni lo hizo llorar a Cavallo. Por el contrario, se benefició con sus políticas. Moraleja: después del 83, si un partido político pierde las elecciones no pasa a “la resistencia”… sino a…. ¡la oposición! Es tan sencillo como eso. Va al Congreso y vota a favor o en contra de una ley. Da quorum o no. Por supuesto, hablar de “pasar a la resistencia”, “combatir al opresor que somete a los oprimidos” tienen mucha más épica que asumir que les puede tocar ser oposición por haber hecho un gobierno olvidable, donde más que las tropas, avanzaron los precios sobre el salario.

Ahora pasemos a la frase de Grabois: con su “sueño del helicóptero”, el precandidato presidencial exterioriza el deseo prohibido: si no estamos nosotros en el poder, que se caiga el gobierno. Luego reflexiona y parece arrepentirse de lo que dijo, ¡pero no por haber deseado la caída de un gobierno! ¿Qué lo frena de profundizar su fantasía autoritaria y antidemocrática? Que en una crisis “los muertos los pone el pueblo”, lo cual es rigurosamente cierto. Vamos de vuelta: Grabois no se arrepiente del carácter autoritario de su deseo sino de las consecuencias de su deseo.

Mario Secco y su frase de golpismo anticipatorio

La otra frase de golpismo anticipatorio fue la del intendente de Ensenada (hace 20 años) el ultra k Mario Secco: “El 25 de mayo, si [Cristina] lo decide, rompemos la proscripción. Y si quieren hacer lo que hicieron con Lula en Brasil, van a tener una reacción popular que no se la van a poder bancar, vuelan todos en pedacitos”, dijo en radio Futurock. ¿Qué es lo interesante de este tipo de frases? Que funcionan como una tomografía cerebral: te muestran las ideas reales, las que la mayor parte de las veces se esconden.

Mario Secco, al irrumpir en la Legislatura bonaerense en 2017.
Mario Secco, al irrumpir en la Legislatura bonaerense en 2017.

¿Y qué muestra esta frase de Secco de “van a volar en pedacitos”? Que una parte del peronismo cree en el cuarto poder: a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial le agrega otro más: ¿la prensa? No, la violencia. Si el Poder Judicial falla en contra de su líder, la violencia es una opción. De hecho ya lo fue: en 2017 Cambiemos venía de ganar las elecciones intermedias con mucha holgura. En diciembre tuvo lugar en el Congreso Nacional la famosa votación de la reforma de la fórmula jubilatoria. ¿Y qué pasó? Las 14 toneladas de piedra. Como el kirchnerismo no estaba de acuerdo con la votación en la que perdían, junto a sectores de izquierda frenaron el proceso validando la violencia ocurrida afuera.

Lo que pocos recuerdan es que al mismo tiempo, en la Legislatura bonaerense también se produjeron disturbios. Fue cuando Cambiemos proponía cambiar algunas leyes, como ciertas jubilaciones del Bapro, reforma de los ministerios y obligatoriedad de presentar declaraciones juradas para los legisladores. Ese día el peronismo, junto con la izquierda, pasaron a usar “el cuarto poder”: la violencia. En las afueras de la Legislatura se produjeron incidentes con la Policía Bonaerense. ¿Y quién entró en escena? Mario Secco, que ingresó a la fuerza al recinto junto a militantes de La Cámpora. Secco mostraba en sus manos cartuchos de escopetas de la bonaerense y piedras, para pedir que por los incidentes se pare el debate parlamentario.

La escena en el Congreso nacional y la Legislatura era calcada: afuera, aquella oposición (peronismo e izquierda) producían incidentes viendo que perdían la votación. Y luego, adentro, pedían a los gritos la suspensión de la sesión, amenazando con que la violencia podría escalar. Es un modus operandi: produce violencia afuera, advierte el riesgo de la violencia adentro.

Ya Agustín Rossi había dicho en 2018 que Macri presidente había sido “un accidente de la democracia”. O sea: un gobierno legítimo es peronista. Si no, son “invasores” a los que hay que resistir.

En 1655, ante el Parlamento de París, Luis XIV de Francia lanzó su hit: “El estado soy yo” (L’État, c’est moi). Más de 350 años después el peronismo tiene la gentileza de usar el plural inclusivo, pero la idea de fondo es la misma: “El estado somos nosotros. Y el poder también”.