El Consejo Federal de Inversiones es un organismo que durante décadas controló el peronismo y actualmente se encuentra bajo la dirección de Ignacio Lamothe, un funcionario cercano a Wado de Pedro.

El peronismo enfrenta la posibilidad de perder el control del Consejo Federal de Inversiones (CFI), un organismo estratégico que manejó durante décadas y que actualmente administra unos 100 mil millones de pesos anuales. Este consejo, clave para el desarrollo regional, está bajo la dirección de Ignacio Lamothe, un dirigente de La Cámpora cercano a Wado de Pedro. Sin embargo, tras las recientes derrotas electorales del PJ en varias provincias, un grupo de gobernadores alineados con Juntos por el Cambio busca desplazar a Lamothe y tomar el control del CFI.

El CFI, creado en 1959, se financia con un porcentaje de la coparticipación que recibe cada provincia, y su conducción fue históricamente controlada por el peronismo gracias al apoyo de la mayoría de los gobernadores. Sin embargo, con la pérdida de varias provincias clave, la balanza de poder se inclina hacia la oposición, que podría lograr mayoría en la próxima asamblea de elección de autoridades.

Wado de Pedro, ex ministro del Interior

Entre los posibles candidatos para reemplazar a Lamothe se encuentran Sebastián García De Luca, ex viceministro del Interior durante la presidencia de Mauricio Macri, y Bruno Screnci, ex ministro de Gobierno porteño con Horacio Rodríguez Larreta. Ambos cuentan con el respaldo de distintos sectores de Juntos por el Cambio y buscan captar apoyos entre algunos gobernadores peronistas.

Aunque los gobernadores de Juntos por el Cambio no criticaron directamente la gestión de Lamothe, cuestionan la influencia de La Cámpora dentro del CFI y su manejo de los recursos, describiéndolo como “Papá Noel” por su intento de agradar a todos. Consideran que, si logran desplazar al peronismo de la conducción del CFI, sería un indicio de la pérdida de poder del PJ dentro del aparato estatal.

El cambio de mando en el CFI, de concretarse, representaría un golpe significativo para el peronismo, que vería cómo otro bastión histórico queda en manos de la oposición.