En octubre, la inflación fue de 8,3%, lo cual representó un retroceso con los meses previos, pero en noviembre y diciembre los números serán más elevados. Inquietud por el impacto del resultado electoral.
El dato del 8,3% de la inflación de octubre le dio una pequeña bocanada de oxígeno al Gobierno a menos de una semana del balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei, pero el alivio será momentáneo y los dos meses finales de 2023 dejarán números más altos que el dato que ayer mostró el INDEC. Pero más allá de las estimaciones que puedan hacerse por estas horas, los economistas aguardan al resultado electoral para saber si puede haber un nuevo cimbronazo sobre los precios.
En octubre, la inflación fue de 8,3%, lo cual representó un retroceso de 4,4 puntos porcentuales en relación con septiembre, que había marcado 12,7%, la mayor cifra mensual en más de tres décadas. En tanto, en los primeros diez meses del año, el IPC acumuló una suba del 120% y 142,7% en la medición interanual.
La desaceleración de octubre se explicó, en gran parte, porque el índice ya no mostró los efectos de la devaluación que aplicó el Gobierno después de las PASO, aunque sí se observaron incrementos, especialmente en el rubro comunicaciones, prendas de vestir y equipamiento del hogar, donde los valores mensuales superaron los dos dígitos.
Además, el Ejecutivo sostuvo el congelamiento de precios de ciertos productos y tarifas, que contribuyó a evitar una escalada mayor. Lo mismo sucedió con el tipo de cambio oficial, que se decidió mantener en $350 al menos hasta el 15 de noviembre, es decir, hasta este miércoles.
Pero para los meses que vienen, el panorama será distinto y los precios volverán a acelerarse. En primer lugar, porque resta saber qué sucederá con esos acuerdos de precios vigentes y también con el dólar desde que asuma la nueva administración. Por eso, por el momento, varios cálculos ya arrojan proyecciones de más del 10% para noviembre y diciembre, aunque entre los economistas resuena una advertencia latente: todo está sujeto a cualquier eventualidad que pueda pasar hasta que asuma el próximo gobierno y las primeras medidas que se tomen después del balotaje.
Un escenario atado a los cambios electorales
“En un escenario de continuidad, si todo sigue como viene hasta ahora, noviembre daría cerca de un 10% y diciembre un poco más. La inflación de 2023 debería cerrar en 175%-180%. Si después del balotaje nos desayunamos con una sorpresa, los precios de la economía pueden ir más para arriba”, resumió el economista de LCG, Matías de Luca.
De acuerdo con el relevamiento de la consultora, la inflación comenzó a recalentarse nuevamente en noviembre y parece instalarse en el terreno de los dos dígitos mensuales, especialmente porque en varios productos de la canasta alimentaria ya se registraron ajustes en dos oportunidades en lo que va del mes.
“Después de las elecciones del 19 deberían empezar a descongelarse alguno de los precios reprimidos hasta ahora, entre ellos el dólar oficial, cuotas de medicina prepaga, combustibles y los incluidos dentro del programa Precios Justos. Aun de avanzar en un ‘descongelamiento ordenado’, sin disparada de los dólares paralelos por la incertidumbre propia que genera cualquier cambio de gobierno, esperamos un registro de inflación por encima de los dos dígitos en noviembre”, puntualizó LCG.
“En nuestro relevamiento hubo una fuerte suba en los precios de frutas y verduras, donde algunos bienes llegaron a registrar aumentos del orden del 5% semanal, como es el caso de la manzana. Otras categorías que también se acelerarían este mes son: Salud, Educación y Equipamiento del Hogar, todas con subas mensuales promedio de dos dígitos”, precisó Lucio Garay Méndez, de Eco Go.
En la misma línea, Camilo Tiscormia, de C&T, explicó que en noviembre la inflación retomará la senda ascendente impulsada principalmente por los alimentos, que son los de mayor incidencia en todas las regiones y que impactan sobre todo en los sectores más vulnerables.
“Los datos de nuestro relevamiento de precios para la primera semana de noviembre mostraron una fuerte aceleración, generalizada pero con gran énfasis en alimentos y bebidas. En lo que va de la segunda semana hubo una moderación, aunque concentrada en rubros como indumentaria y productos electrónicos, que se vieron incluidos en el Cyber Monday; los alimentos y bebidas no mostraron ese comportamiento. De esta forma, el acumulado de cuatro semanas se ubicó en 10,8%, lo que sugiere que la inflación del mes tiene un piso de 10% y que podría excederse significativamente si se producen correcciones luego del balotaje”, estimó C&T.
Además, destacó que la cifra de diciembre será similar, ya que se trata de un mes históricamente marcado por factores estacionales. “En diciembre se van a conjugar el pico estacional del turismo con las consecuencias del ajuste que va a tener que implementar el nuevo gobierno, sea el que sea”, sostuvo el economista.
Por eso, en este contexto, la expectativa está puesta sobre lo que pueda suceder después del domingo. Ya sea que Sergio Massa o Javier Milei ganen el balotaje, las medidas que tomen podrían sumar más combustible a una inflación que de por sí está en niveles muy elevados.
¿Qué podría pasar concretamente? Que el elegido para asumir el próximo gobierno disponga una nueva devaluación del tipo que cambio que tenga su correlato sobre los precios, como ya sucedió luego de las primarias.
“Una sorpresa post balotaje sería, por ejemplo, Milei presidente y una devaluación en puerta. Pero más allá del dólar oficial, los paralelos saltarían y en base al alto grado de indexación de los precios veríamos una aceleración de la inflación (como en abril y agosto)”, ejemplificó De Luca. “Para noviembre nosotros estimamos 12,2%, pero después todo dependerá de quién gane el domingo y qué plan tenga”, completó Garay Méndez.