El empleo privado cae y las contrataciones alcanzan niveles de 2002

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El mercado laboral en el sector privado sigue en descenso, con las contrataciones de personal en empresas privadas en mayo de 2024 mostrando niveles similares a los de 2002, según datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de la Secretaría de Trabajo y estimaciones de fuentes privadas.

En mayo, la tasa de entrada, que mide la relación entre las nuevas incorporaciones y la dotación de personal al inicio del mes, se situó en 1,4%. Este es uno de los niveles más bajos registrados, solo superado por las cifras de mayo de 2002 (1,2%) en plena crisis, y mayo de 2020 (0,4%) durante la pandemia. En comparación con el año anterior, la tasa de entrada sufrió una contracción de 0,7 puntos porcentuales.

Además, el empleo privado en empresas con más de 10 empleados en los principales centros urbanos del país se redujo un 0,3% respecto a marzo, acumulando una caída del 2,2% desde noviembre de 2023. Esta es la sexta disminución mensual consecutiva. Aunque la contracción en mayo fue menor que en marzo y abril, sigue siendo significativa.

Desempeño por sectores

De acuerdo con la EIL de mayo, todos los sectores, salvo los de Servicios comunales, sociales y personales, que se mantuvieron estables, experimentaron una disminución en el empleo registrado. El sector de la Construcción fue el más afectado, con una caída mensual del 0,9%, aunque esta reducción es menor que en meses anteriores. Desde agosto de 2023, cuando comenzó la pérdida de puestos de trabajo en este sector, se ha acumulado una disminución anual del 16,4%.

Otros sectores también mostraron caídas, aunque menores en comparación con meses previos. La Industria manufacturera y los Servicios financieros a empresas registraron una baja del 0,4%, mientras que Transporte, almacenamiento y comunicaciones, y Comercio, restaurantes y hoteles disminuyeron un 0,3%.

La tasa de entrada, que mide las nuevas contrataciones, se redujo en mayo tanto en comparación con abril como con el mismo mes de 2023, acentuando la tendencia negativa. Las desvinculaciones, medidas por la tasa de salida, también cayeron respecto a ambos períodos de referencia. Según el EIL, ambos indicadores están en mínimos históricos, exceptuando los meses de mayo de 2002 y 2020.

El informe destaca que en contextos de contracción económica, la reducción del empleo se debe principalmente a una fuerte disminución en las contrataciones, mientras que las desvinculaciones juegan un papel secundario en la caída del empleo registrado privado. Asimismo, se observa una disminución en la tasa de búsqueda de empleo.

Sueldos e informalidad

A la caída en el empleo privado se suma el deterioro de los salarios y la calidad del empleo. Según el informe «Economic GPS» de la consultora PwC, el mínimo histórico en la tasa de desempleo alcanzado el año pasado (5,7% de la población económicamente activa) se logró a costa de salarios de baja productividad y una mayor precarización laboral, más que por una reducción real del empleo.

El salario real agregado ha perdido poder de compra desde 2018, y el empleo registrado en el sector privado ha disminuido en su participación, pasando del 55,1% en 2012 al 47,6% en el primer trimestre de 2024. En contraste, el trabajo independiente, incluyendo el monotributo y el monotributo social, aumentó su participación del 13,8% en 2012 al 20,2% actual. El empleo público también creció, pasando del 23,8% al 25,8% en el mismo período.

PwC señala que el empleo asalariado registrado en el sector privado se ha estancado en torno a los 6 millones de personas durante varios años, creciendo a un ritmo menor que la población. A pesar de un ajuste por precio a principios de 2024, impulsado por el nuevo gobierno, que provocó una caída del 0,5% en el empleo registrado en el primer trimestre, la situación no ha mejorado.

Los analistas de PwC advierten que es probable que el mercado laboral aún no haya tocado fondo, y que los próximos meses podrían ser negativos. Sin embargo, anticipan que a medida que la economía se recupere, el empleo también lo hará, aunque a ritmos diferentes según el sector. Energía y minería, que han resistido la tendencia decreciente, podrían ser los primeros en mostrar signos de recuperación.

Finalmente, PwC ve con buenos ojos las modificaciones introducidas en la Ley de Bases, que consideran que podrían dinamizar el mercado laboral y facilitar la creación de empleo en un contexto de crecimiento económico.