sábado, septiembre 21

El oficialismo intenta despegar a Massa de la figura de Alberto Fernández en el último tramo de la campaña

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El Presidente se mantiene aislado y apenas participa de algunas actividades con funcionarios de su “riñón”. En el kirchnerismo y el Frente Renovador consideran que la mala imagen del jefe de Estado le quita proyección al ministro de Economía.

La campaña deUnión por la Patria parece haber dejado de lado a una de las figuras más importantes del espacio: Alberto Fernández. Enemistado hace meses con el kirchnerismo duro, el Presidente ahora tampoco es bien valorado en el entorno de Sergio Massa, que considera que su mala imagen le quita proyección a la figura del ministro de Economía de cara a las elecciones.

En este contexto, el primer mandatario acepta su nuevo rol y, aislado, apenas participa de una agenda de bajo vuelo con funcionarios de su “riñón”.

En el último mes, apuntalado por el canciller Santiago Cafiero, Fernández venía apelando al ámbito internacional: además de una visita de Estado a Brasil y la foto con Lula da Silva, horas después del cierre de listas, el jefe de Estado se mostró en la Cumbre del Mercosur y el foro en Bruselas entre la CELAC y la Unión Europea. Hoy, su lugar en la esfera pública es todavía más reducido.

Para comprender su nueva función en campaña basta repasar su agenda semanal: el martes, por ejemplo, Alberto participó del cierre del Consejo Federal Agropecuario. El miércoles recorrió, junto a Gabriel Katopodis, el acto de inauguración de un tramo de la ruta 3, en Cañuelas. Y este jueves tenía prevista, además de una visita a obras en Almirante Brown con miembros de su Gabinete, un encuentro con el administrador de la NASA.

En el Frente Renovador se convencieron de que la mejor estrategia para posicionar a Massa como candidato presidencial es “despegarlo” del jefe de Estado. (Foto: Ministerio de Economía)
En el Frente Renovador se convencieron de que la mejor estrategia para posicionar a Massa como candidato presidencial es “despegarlo” del jefe de Estado. (Foto: Ministerio de Economía)

Se trata, claramente, de actos menores en los que se muestra con algunos de los pocos funcionarios “albertistas” que siguen en el Gobierno.

La idea de que Alberto no participe de la campaña de su propio espacio en un tramo crítico de la campaña -la previa de las PASO- no solo es promovida por el kirchnerismo duro. A lo largo de las últimas semanas, en el Frente Renovador se convencieron de que la mejor estrategia para posicionar a Massa como candidato presidencial es “despegarlo” del jefe de Estado.

En el entorno del ministro de Economía buscan instalar que “no se trató de una mala gestión, sino de un mal Presidente”. La orden es clara: no hablar más de lo que pasó durante la actual administración y concentrarse en demostrar que fue Massa quien logró una mayor estabilidad.

Por su parte, el titular del Palacio de Hacienda acelera su “kirchnerización”: en el inicio de la campaña se mostró como el candidato de la “unidad” y reunió debajo de la sábana del oficialismo a la mayor cantidad posible de sectores. Recibió a Daniel Scioli tras las frenéticas horas de cierre de listas; sumó a Julián Domínguez; se mostró junto al gabinete para mostrar unidad en la gestión y hasta cosechó el apoyo público de sectores de La Cámpora que siempre lo miraron con resquemor.

Alberto Fernández, durante una visita reciente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en el palacio de La Moncloa en Madrid. (Foto: EFE)
Alberto Fernández, durante una visita reciente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en el palacio de La Moncloa en Madrid. (Foto: EFE)

Pero con el correr de los días, abandonó esta posición de equilibrio y se acercó con cada vez más fuerza al kirchnerismo, por lo que cada vez son más las voces en la coalición que le piden moderar su discurso para conquistar los votos de la clase media.

“Es un error fidelizar el voto K porque el kirchnerista va a votar a quien Cristina Kirchner le diga, y ella va a decir que hay que votar a Massa, entonces se pierde tiempo en captar un electorado que te va a acompañar”, se quejan en los pasillos de la Casa Rosada.