El Plan Axel Kicillof que complica a Martín Guzmán

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Por Marcelo Bonelli para Clarín

Principal asesor económico de Cristina Kirchner, Axel Kicillof quiere armar un relato electoral que ponga a los empresarios como culpables de la inflación.

Axel Kicillof aumentó su influencia en las ideas y últimas decisiones económicas del Gobierno. Las propuestas del gobernador se reflejaron en la última resolución sobre control de los precios. La medida provocó una reacción compacta del movimiento empresario y la unificación de críticas hacia la Casa Rosada.

Miguel Acevedo contragolpeó y dijo en una acalorada reunión en la UIA: “Esto es estatismo y desalienta la inversión”. Este jueves circulaba un borrador de documento de la Unión Industrial. El texto era tan duro, que por la noche la cúpula dudaba y debatía su difusión.

Axel Kicillof recomienda mano dura e instrumentar medidas que armen un relato electoral: que ponga a los hombres de negocios como responsables de la inflación.

El menú “dirigista” tiene el total apoyo de Cristina y es la vicepresidenta que influye para que el gobierno tenga una –cada vez más marcada– actitud antiempresaria.

Las medidas de control de precios las aplica ahora –en forma inflexible– Paula Español. La secretaria de Comercio fue acusada de “blanda” frente a las remarcaciones.

Ahora la secretaria de Comercio sobreactúa para salvar su pellejo. Las internas están que arden en el Gabinete.

Español primero denunció a un grupo de empresas líderes y ahora instrumentó el control estricto sobre costos, stock y precios.

La cúpula de la UIA sospechan que Matías Kulfas no habría estado al tanto de las medidas. El martes estuvo en la UIA y no comentó nada. Horas después, la secretaria de Comercio lanzó el “bombazo”. Las acciones son similares a las que instrumentó Axel Kicillof, cuando fue ministro de Cristina y armó una “bomba” económica.

Se trata de ideas que ya fracasaron: la bochornosa manipulación del Indec que realizó Cristina no pudo ocultar que los precios se aceleraron en su mandato.

Axel Kicillof es el principal asesor económico de Cristina. El gobernador traduce en propuestas las vetustas convicciones económicas de la vicepresidenta.

Ambos impulsaron y apoyaron las decisiones más dirigistas de la Casa Rosada. Se trata de una suerte de “Plan K”, pero de Axel Kicillof.

El cóctel de medidas incluye muchas de las iniciativas actuales: el control cambiario, el freno a las autorizaciones para importar, las dudas sobre la conveniencia de acordar con el FMI, un aumento mínimo de las tarifas y una fuerte presión tributaria sobre las compañías.

La intención política es culpar al FMI y a los empresarios de los errores propios del gobierno. Una acción de “manual” del kirchnerismo puro.

Axel Kicillof compite con Martín Guzmán. Primero hubo celos políticos por la creciente influencia del ministro. Kicillof no soportó nunca que Guzmán lo haya desplazado -inicialmente– de las preferencias de Cristina.

La primera disputa entre ambos fue la discusión sobre cómo se negociaba –en enero de 2020– la deuda en default de Buenos Aires.

Axel se esmeró por buscar un acuerdo, pero Economía lo torpedeó. Conclusión: el conflicto sigue sin solución y ahora el fondo Aurelius amenaza con una demanda en Manhattan. Hay 14 meses de inacción.

Guzmán comenzó a soportar “fuego amigo” –como anticipó Clarín–cuando comentó en público algo que dicen los libros elementales de la facultad: que la inflación es fruto de un desequilibrio macroeconómico.

En otras palabras: que la remarcación no se produce por la maldad de los empresarios o las exigencias salariales desmedidas de los sindicalistas. Que ambas cosas pueden existir, pero que la suba de precios ocurre por un conjunto de problemas que Argentina no ataca y –en realidad– profundiza.

Berensztein: “Kicillof se ve a sí mismo como una especie de virrey de Cristina en la provincia"
Ese desajuste genera la inflación: Argentina está al tope con Venezuela.

Cristina –exacerbada por Axel Kicillof– comenzó a objetar esas ideas de la ciencia económica y se refugió en sus primitivas propuestas: que Economía era blando y que había que sacudir a los hombres de negocios. La vice fogonea otra idea de Kicillof: no permitir un aumento racional de las tarifas. Cristina utilizó a Federico Bernal para cuestionar la tesis central del ministro Guzmán sobre los servicios públicos.

El jefe de Hacienda fijó una regla de oro en el Presupuesto: el ajuste debe evitar que aumenten los subsidios a las empresas de servicios. Esto implicaría un alza promedio en tarifas del 30 %.

Pero interventor de Enargas lo desautorizó. Bernal afirmó: “La tarifa de servicios públicos no se debe medir por su impacto en la política de subsidios, porque ese es un enfoque fiscalista.” Para Bernal –es decir Cristina- los aumentos topes deben ser del 6 %.

La pelea ocurre cuando el ministro encara una negociación clave en Washington. Como anticipó Clarín, el viaje va a definir la posibilidad de que no haya –este año- acuerdo con el FMI.

Guzmán va con un “Plan A”. Convencer al FMI sobre la conveniencia de un acuerdo light, sin compromisos adicionales para la Argentina. La propuesta ya fue rechazada extraoficialmente en Washington. Por eso Guzmán lleva un “Plan B”: postergar el acuerdo para después de las elecciones.

El lunes tendrá un encuentro con los auditores de Argentina. Julie Kozack y Luis Cubeddu están inquietos por las inconsistencias de la Casa Rosada.

El martes ocurrirá el encuentro clave: Guzmán se juega a todo o nada en la cumbre con Kristalina Georgieva.

En Washington desconcierta el “efecto Cristina”. Se trata de cómo avanzan sus anacrónicas ideas y complican al propio Alberto.