Con un manto de sospechas e intrigas, la expulsión de la ministra de Relaciones Exteriores, que tenía los días contados en el Gabinete, reflotó una disputa de poder en la cúpula del Gobierno.

Mientras el Gobierno se apura a culpar a Diana Mondino por el voto en contra de los Estados Unidos (EE.UU) en el debate por el bloqueo comercial a Cuba, durante la asamblea de las Naciones Unidas, lo que derivó en la salida de la ahora, ex ministra de Relaciones Exteriores, la trama interna está colmada de sospechas y traiciones.

Es que desde hace algunos meses, la canciller tenía los días contados dentro del gobierno que encabezan Javier Milei y su hermana Karina Milei con quien Mondino mantenía una pésima relación y a la cual había desestabilizado quitándole importancia y poder dentro del ámbito del Palacio San Martin.

Sin embargo, la concreción del voto en la ONU, contra del país del norte con quien el Presidente se muestra más que alineado, sobre todo en vísperas de una nueva elección presidencial en los EE.UU, en donde los libertarios imploran por que gane Donald Trump, fue el puntapiés perfecto para eyectar a la titular del área diplomática.

De hecho este tipo de votaciones involucra a toda la política exterior de un país, por lo que se hacen interconsultas a las distintas áreas y por supuesto, a la presidencia, cuya figura destacada es la hermana del jefe de Estado, que según indicaron fuentes de la Cancillería al diario La Nación: “Karina estaba al tanto. Mondino ordenó cumplir una orden acordada y lo pagó”.

Según se dice en los pasillos del Palacio San Martin, sede de la cancillería, el malestar con Mondino era general, no solo la cúpula del Poder Ejecutivo la tenía entre ceja y ceja, sino que su propio personal no tenía el mejor concepto de ella como jefa, por lo que su posición era cada vez más débil dentro del Gobierno.

Sumado a que el desembarco de Nahuel Sotelo, un hombre del riñón de Santiago Caputo, en la secretario de Culto y Civilización, empeoró la relación con la Casa Rosada, ya que sostiene una fuerte disidencia en políticas de género, derechos humanos, cambio climático y otros temas, de los cuales muchos se discuten en ámbitos multilaterales como la ONU y exponen la posición de la Argentina en el mundo.

Además los últimos errores de Mondino, como decir que “los chinos eran todos iguales”, o la cuestión Malvinas y la relación con Reino Unido, marcaron su gestión diplomática como una de las peores dentro de un gobierno de inexpertos al que le cuesta mucho lograr consensos en temas sensibles. Pero el alejamiento de la cordobesa no será el único movimiento en el área, ya que desde el oficialismo anunciaron una “purga” del personal no alineado con las “ideas de la libertad”, que comenzará con auditorias e investigaciones internas.