En Italia, una tradición bancaria única mantiene viva a la industria quesera local.
¿Los bancos de qué país europeo aceptan grandes hormas de queso parmesano como garantías para dar prestamos?
En Italia, una práctica financiera inusual ha capturado la atención tanto de economistas como de amantes del queso: algunos bancos aceptan ruedas de Parmigiano-Reggiano como garantía para otorgar préstamos. Esta tradición no es nueva; de hecho, ha sido un pilar en la región de Emilia-Romaña desde la década de 1950.
Credito Emiliano, más conocido como Credem, es el banco detrás de esta singular propuesta financiera. La entidad acepta ruedas de Parmigiano-Reggiano, conocidas por su calidad superior y valor significativo, como colateral para pequeños y medianos préstamos. En una región donde la producción de este queso es una tradición centenaria, los bancos han encontrado en el Parmigiano-Reggiano un recurso seguro y tangible para garantizar sus inversiones.
La importancia del Parmigiano-Reggiano
Este queso, apodado «el rey de los quesos», se produce bajo estrictas regulaciones que aseguran su calidad y autenticidad. Cada rueda de Parmigiano-Reggiano pesa aproximadamente 40 kilos y puede tardar hasta tres años en madurar por completo, lo que incrementa su valor de mercado considerablemente. Un solo queso puede alcanzar precios entre USD 900 y 2500, dependiendo de su calidad y tiempo de añejamiento.
La práctica de aceptar este queso como colateral comenzó como una forma de apoyar a los productores locales, quienes enfrentan largos tiempos de maduración y, por ende, desafíos de flujo de efectivo. Los agricultores pueden recibir préstamos equivalentes al 70-80% del valor de sus ruedas de queso, lo que les permite mantener sus operaciones en marcha mientras sus productos maduran.
El rol de los bancos en la economía local
Credito Emiliano, con sede en Emilia-Romaña, no solo otorga los préstamos, sino que también almacena las ruedas de queso en bodegas especialmente diseñadas. Estas instalaciones están equipadas con sistemas de control climático y seguridad avanzada, lo que minimiza el riesgo de pérdida o deterioro. Este enfoque reduce significativamente el riesgo para el banco, ya que mantiene el control total del colateral hasta que el préstamo es repagado.
En caso de que un productor no pueda devolver el préstamo, el banco tiene la opción de vender el queso en el mercado para recuperar su inversión. Sin embargo, los casos de impago son raros, lo que subraya la efectividad de este sistema financiero único en su tipo. Al aceptar este tipo de garantía, los bancos no solo protegen su inversión, sino que también contribuyen al sostenimiento de una industria local crucial en la región.
Este modelo financiero no solo ha asegurado la supervivencia de muchos productores de queso en épocas de crisis económica, sino que también ha sido un ejemplo de cómo las tradiciones locales pueden integrarse en el mundo financiero moderno. Así, en la región de Emilia-Romaña, las ruedas de Parmigiano-Reggiano no solo son un símbolo de la cultura culinaria italiana, sino también un activo financiero clave para la comunidad.
Fuente: Pixabay
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