EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Martes 8 de Octubre de 2024

Lucas 10, 38-42

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.»
Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada.»

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc 10, 38-42:

💫Marta y María

1) Entró:

Jesús es de primerear, pero es también parte de tu vida que lo dejes entrar. Dios respeta tu libertad y busca la manera de llegar a vos, pero sos vos quien tiene que romper prejuicios y muros. Te entiendo que muchas veces, por ciertos cristianos fanáticos, has mirado de reojo la vida cristiana, creyendo que para recibir a Jesús había que cumplir normas, leyes, reglamentos. Pero hoy Jesús apunta a que lo recibas y lo dejes entrar en tu vida y en tu historia. La clave no es hacer muchas cosas para tener a Jesús, sino que tenés que dejar que las cosas las maneje Jesús para que puedas tenerlo.

2) Marta:

En ella me detengo a pensar en tantas personas que vivimos un ritmo de vida acelerado. No es que no tengamos tiempo para disfrutar, sino más bien es que no nos damos el tiempo para disfrutar, incluso de las personas que nos hacen bien, que nos ayudan, que nos motivan. El ritmo de vida que llevamos, más el celular que no lo soltamos, hacen que no dediquemos tiempo a cosas y personas que nos hacen bien, incluso que vienen a nuestras vidas para aportarnos, pero sin embargo las descuidamos por atender otras cosas que no son tan importantes. Capaz que sea tiempo de que pienses cuáles son los grados de tus prioridades, y analizarlos bien.

3) María:

Es saber buscar lo que me hace bien y quien me hace bien. No es tan solo tener actitud pasiva, sino tener la capacidad de estar abierto a recibir ayuda de otros, enseñanzas de otros y tener esa fortaleza para reconocer que necesito de otros. Es comprender que no puedo hacerlo todo yo y debo dejarme ayudar e instruir por alguien siempre. Algo bueno está por venir.