EVANGELIO DEL DÍA

0
347

EVANGELIO DEL DÍA🌾

Juan (17,1-11a):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.»

Palabra del Señor
🌾MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 🌾

Jn. 17, 1-11a:

🌾Amados por el Padre.

1) Levantó los ojos:

Hoy también Dios te invita a levantar los ojos. Mira al cielo, encomienda a Dios todo aquello que te preocupa y sentís que ya no podés. Levanta la mirada si te sentís caído. No tengas miedo, mira al cielo para encomendar a Dios aquello que no podés y para recordar lo chiquitos que somos en este mundo.

2) La vida eterna:

La propuesta que Dios te hace es que recuerdes a lo que estás llamado. Hacia dónde apuntala tu vida y qué sentido le tenés que dar a tu vida. Es una constante lucha, es saber que debes seguir por ese objetivo que es el cielo. No te olvides de que estás llamado a algo grande.

3) El mundo:

Este mundo te come y te hace olvidar la grandeza que tiene tu corazón y la herencia que Dios te tiene prometida. Que en tu cabeza no corran solo las cuentas, pagos, facturas y proyectos. Recordá que estás en el mundo pero no sos del mundo, que estás llamado a vivir en el mundo y no que el mundo te viva.