jueves, mayo 16

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Mateo 18, 1-5. 10

Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?»
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial».

Palabra del Señor

MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Mt. 18, 1-5.10:

💫Recuerda que hay un ángel que te cuida y te protege.

1) El más grande:

Esa es la pregunta inicial, y la clave es ser como niños. Con esto no me refiero a lo físico, ni tampoco a andar aniñándose. Es tener la capacidad de asombro y estar abierto a lo nuevo. Me refiero a la vida espiritual. Ser grande exige la capacidad de aprender a decir palabras como: «no sé» o «me equivoqué». Cuando sepas decirlo entonces serás grande, porque te abrís a aprender.

2) El desprecio:

Hoy vivimos momentos difíciles como Iglesia. Hay división, críticas destructivas incluso entre nosotros. No nos protegemos, más bien nos atacamos. ¿Qué diría san Pablo? Hasta tenemos más legalistas que la propia Iglesia. Pero hoy también provocamos desprecio. Mucha gente se alejó de nuestra casa porque sintió el desprecio, porque lo ninguneamos. Hemos despreciado a gente que venía a conocer a Jesús y le tiramos encima actividades, venta de rifas para recaudar fondo y acomodar los bancos. Hasta que llegan a decir: cuándo vamos a leer la Biblia, cuándo vamos a rezar el rosario, cuándo vamos a adorar al Santísimo.

3) Los ángeles:

Hoy celebramos a aquellos que nos cuidan. Cada uno tiene un ángel que lo custodia y ayuda a que vayamos al cielo. ¿Qué te parece si hoy probás hablar con tu ángel?, ¿ya le pusiste nombre? ¿Lo tenés presente? Es más, te invito a que terminemos juntos esta meditación diciendo: “ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día y hazme ver la salvación en Jesús, José y María”. Algo bueno está por venir.