jueves, noviembre 14

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 12,13-21

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: «¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.» Y se dijo: «Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.» Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 12, 13-21: La vida nadie la tiene comprada.

1) Comparta: Algo que nos pasa en la vida es que nos cuesta compartir porque somos cerrados o porque nos centramos en nosotros. Como diría un amigo mío “pobre no es aquel que no tiene nada, pobre es aquel que no sabe compartir”. Recordá que hay personas que hasta no son capaces de compartir información porque consideran que cuanto más saben de una situación o persona más poderosas son. El no compartir está unido al egoísmo y ese egoísmo es centrarse en la vida de los otros hacia tu vida, por tanto si hay alguien que tiene más riqueza que vos, ya sea en lo humano como en lo material, lo terminas considerando como una amenaza.

2) La avaricia: Hay una diferencia entre avaricia y codicia. El avaro busca tener riquezas para acumular y por tanto no es capaz de compartir, pero posiblemente también no es capaz de disfrutar él o ella misma de todo lo que tiene. En cambio, el codicioso busca tener pero para gastar, ni siquiera es capaz de acumular, lo que tiene lo gasta y es capaz de gastar más de lo que tiene. Posiblemente el avaro tenga riquezas. Vive por ellas y para ellas, ya que ni siquiera disfruta de la vida. Vive pendiente y alrededor de lo que tiene, como diría San Francisco de Asís “cuanto más tienes, más esclavo de ello eres”. Mientras el codicioso vive una vida sin freno al tener y hasta es capaz de llevar una vida ficticia en el tener, no sabe administrar porque por llevar vida de riquezas se olvida de ver su vida como una riqueza. Termina midiendo a las personas por lo que tienen y es capaz de relacionarse con personas según el bolsillo y la cuenta bancaria que tienen.

3) Insensatos: Cuando tu vida gira en torno al tener y el aparentar terminas viviendo una vida sin una mirada clara hacia dónde querés tender tu vivir. Conocí a personas que vivían desde el aparentar económico y hasta mostrarse superiores a otros por tener más dinero. Cuando empezás a ver más la cuenta bancaria que los ojos de tus hijos, cuando miras los vehículos que tienes más que la sonrisa de tu esposa o de tu esposo y cuando vivís hablando de lo que quieres y tienes más de lo que querés disfrutar de la vida, entonces tu vida es una insensatez. En las montañas aprendí que hay muchos ricos pobres y muchos pobres ricos, porque te aseguro que en las montañas ví más gente disfrutar de la vida que en personas que tienen palacios para vivir. La clave de la felicidad no pasa por lo que tienes sino por el cómo vives el día a día. Algo bueno está por venir.