EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 21, 1-4

Levantado los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 21, 1-4:

💫Lo que uno deja.

1) Los ricos:

Refiere en el Evangelio a aquellos que van a cumplir con lo religioso y entregan aquello que les sobra. La persona entendida en este tinte se referirá a esa persona que constantemente da cosas solo por cumplir. Es la persona que no obra de corazón sino para la tapa de la revista: “hago las cosas para quedar bien, para que la gente hable de mí”. Son personas que se basan en sus riquezas (no solo de bolsillo, sino en sus virtudes, en sus logros). Son personas fanfarronas, seguras de sí, como que más bien hacen las cosas para quedar bien con todos y hacerle un favor a Dios. Son esas personas que constantemente hacen su “home banking” más que tener presencia en Dios. Son personas que están en las cosas de Dios, pero con el corazón en otro lado.

2) La viuda:

Ella se abandona a Dios. No puede depender de sí, porque no tiene nada, sino más bien su seguridad está puesta en Dios porque ella se ve limitada. No tiene nada y no puede asegurarse en nada más que en Dios. Son esas personas que podríamos decir solo tienen miserias: de su vida, de su historia, de su pasado. Hoy la viuda nos da ejemplo de entregar y de dar al Señor la vida y también el corazón. Es poner de tu vida para Dios y no lo sobrante de tu vida. Es ir a la lucha con Dios en todo momento. Hay que estar con Dios en las buenas y en las malas. Esa viuda es cada persona que a la mañana temprano se levanta y se encomienda a Dios. Esa viuda es cada persona que dice: «Jesus, en vos confío, porque de mí no me puedo confiar».

3) La ofrenda:

Es pensar en lo que uno da, lo que uno da de corazón, lo que uno saca de sí. ¿Qué das hoy a Dios? ¿Qué le ofreces hoy a Dios? Esta bueno que te preguntes qué le venís a entregar. Porque tu vida implica lucha, y es una lucha cotidiana, constante. Tengo en claro qué le pedís, pero ¿qué ofreces? Hoy toma una hoja y pensá en cinco cosas que le vas a ofrecer a Dios, no de lo que te sobre, sino de lo que vos sos y tenés. Algo bueno está por venir.