viernes, octubre 18

EVANGELIO del Domingo 16 de Agosto de 2020

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EVANGELIO del Domingo 16 de Agosto de 2020

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (15,21-28):

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor

Apóstoles de su amor

🌿🕯️🕯️📖🕯️🕯️🌿
🌻 Meditación del Evangelio por el P. Luis Zazano🌻

Mt. 15,21-28: La fe salva.

1) Una mujer: es la imagen de una mujer ajena a lo religioso. No es judía de pura cepa. Es una mujer desesperada porque está perdiendo al amor de su vida. Va a Jesús por una desesperación y no por un cumplir religioso. Es la figura de esa persona que capaz que no está metida en la religión, pero recurre en su oración a Dios como puede, porque se le está yendo de su vida lo que le da sentido, «su hija». Capaz que es esa persona que ni sabe cómo rezar un Rosario o las partes de la misa, pero va en búsqueda de Dios para que le dé una mano en esto que está viviendo. La desesperación nos lleva a buscar a Jesús. El dolor y la angustia es un camino para encontrar a Dios. Hoy, si vos estás pasando un momento doloroso recurrí a él, buscalo con tus palabras, aferrate a Él como puedas, como te salga. Ante la búsqueda desesperada no hay un protocolo ni burocracia. Hay necesidad de alivio. Búscalo a Dios.

2) No decía nada: qué desesperante para esta mujer que Jesús no le diga nada. Cuántas veces pasamos vos y yo ese momento en que parece que Dios no da respuesta de nada. Pero en el fondo Jesús sabe qué pasará con su historia. Pero cuán traumático es el silencio, a vos y a mí nos pasa… hoy pidamos a Jesús aprender a sobrellevar su silencio, a tener paciencia, a saber que estamos en su pensar y que, en su momento, ha de actuar. Que pueda callarme para escucharlo y que pueda escucharlo, aun en su silencio.

3) La fe: la respuesta la consiguió en la fe. Su confianza y su humildad llevan a este gran milagro de Jesús. La fe es todo un proceso porque hay que pedirla, pero también es confiar en lo divino, cuando se me acaban todas las fuerzas. Me pongo a pensar en cuántos cuidan a las personas que aman en un hospital y tienen que pasar toda la noche parados o sentados y estando atentos ante la más mínima necesidad. Es esa fe de que se va a recuperar, la que mueve día a día a esa persona. Pienso en la fe de tantas mamás y papás que día a día la luchan para darle lo mejor a sus hijos y a toda su familia. Pienso en esa fe de tantos y tantas que buscan dar lo mejor en esta vida. Gracias por tu fe, gracias por escucharme, gracias por buscar a Dios, gracias por vivir esta vida, gracias por remarla y remarla cada día. Gracias por arrepentirte cuando te mandas una macana y pedís perdón. Gracias por tomarte unos minutos con Dios, gracias por ponerle actitud al día, aunque no tengas ganas. Gracias por buscar ser feliz.