Nota extraída de La Nación por Carlos Reymundo Roberts
Empiezo con un dato incontrastable: hace demasiado frío en la Argentina de Milei. El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido alertas rojas, naranjas y amarillas, y pronto sumará fucsias, grises y negras, por temperaturas que son las más bajas en muchísimo tiempo. Hay que decirlo: con Javi nos estamos congelando, a pesar de ser él un tipo tan cálido.
Obviamente, si recurro al clima es porque ya no tengo nada para criticarle. Anteanoche emprendió su undécimo viaje al exterior en siete meses, es decir, uno cada veinte días. Se fue a Idaho, en el oeste de Estados Unidos, un paraíso de montañas y ríos donde ayer hacía 41°. El finde pasado estuvo en Camboriú (18°), y de ahí se corrió a San Miguel de Tucumán (5°). Temo que tan bruscas variaciones térmicas le tomen el pechito. Es el precio que está dispuesto a pagar por ser presidente, ministro de Economía, canciller, amiguero, atracción mundial y turista, y todo en días de 24 horas, igual que los nuestros.
Interesante, además, el tenor de los viajes: no suele verse con gobernantes, siempre sospechados de casta; va a reuniones con emprendedores, a visitar tumbas, a recibir premios, a dar discursos en mítines fachos. En Idaho asiste a una cumbre de hipermillonarios, que lo invitaron para escucharle decir que “no hay plata”. Y la poca que había, la gastó en el alquiler del jet privado que lo llevó hasta allá; costo estimado: 350.000 dólares. ¿Pasará la gorra? Lo acompañan Karina –su gran compañera, que siempre tiene las valijas hechas–, Toto Caputo y Demian Reidel. Cuatro gorras. En esta famosa conferencia anual, celebridades del mundo del dinero discuten al aire libre sobre negocios y geopolítica. Que Javi se codee con esa gente ya supone un cambio de época: Néstor y Cristina preferían audiencias bolivarianas.
En las charlas del campamento de verano de Idaho, el Presi está contando lo del Acta de Mayo. Pero lo presenta de otra forma. Habla de “los 10 mandamientos”: “No emitirás, no tendrás déficit fiscal, amarás el anarcocapitalismo sobre todas las cosas, honrarás la iniciativa privada, santificarás al topo que destruye al Estado…”. Los millonarios lo escuchan embelesados: como que al principio les resultaba un personaje colorido, y ahora se dan cuenta de que están ante un profeta, un distinto, que de a ratos se retira a tuitear o a tener videollamadas con el canil de Olivos. Sam Altman, CEO de OpenAI, quiso saber cuál era el paso siguiente a la firma del acta. “¿Cómo sigue esto?” Tentadísimo, Javi le contestó: “Ni idea. Preguntáselo a tus algoritmos”.
Más allá de la humorada, tiene toda la razón. A quién se le ocurre preguntar por un Acta de Mayo que se suscribe en julio, con ausencia, entre otras, de la principal provincia del país; un pacto al que adhirieron gobernadores que en sus distritos seguirán haciendo exactamente lo contrario a lo que firmaron; que es simplemente un enunciado, una linda canción, sin música. La gran ceremonia, prevista para una mañana bajo el abrigo del sol y del pueblo volcado a las calles, terminó haciéndose de apuro casi a la medianoche, con 30 tipos muertos de frío. Altman, serás muy bueno en lo tuyo, pero no llegás a distinguir entre un acuerdo fundacional y una operación de marketing. A ver si te ponés las pilas. OpenAI, open mind.
El Presi se enteró allá de que el dólar blue trepó a 1500 pesos; una inversión que se vuelve interesante, ahora que está rodeado de inversores. ¿Se tratará otra vez de oscuras maniobras del maligno Banco Macro? El presidente del Macro es Jorge Brito, presidente también de River. Asoma la industria del fútbol detrás de la estampida. No sé si será por eso que al Chiqui Tapia, mientras veía desde la platea Colombia-Uruguay, un sirviente tuvo que secarle el persistente sudor de la nuca. Javi transpira por los 41°, no por la cotización del blue, que lo tiene sin cuidado. Bueno, no tanto. Acusó al Macro de una intentona golpista y de trabajar para Massita. Un golpe de los mercados, qué cosa más fea y más rara en un gobierno mercado-friendly. En la Casa Rosada están pensando en hacer intervenir al Banco Central (antes de cerrarlo): que les haga la vida imposible a Brito y al Macro. O en meterles una causa en el juzgado de Lijo. O en convertirlos en blanco de una legión de trolls. O en todo eso junto. Viva la libertad, carajo.
Indignada, la Asociación de Bancos Argentinos (la poderosa Adeba) le respondió a Milei que estaba acusando de golpista al Macro “por haberle vendido títulos al Banco Central”. Uh, el Central y todos los bancos también están en la movida. Javi, nos rodearon la manzana.
Qué horror, pobre, pasar de dos días de convivencia con magnates a la pobreza franciscana de la Argentina. De altos negocios y geopolítica, a lidiar en el barro con Massita. De la inflación anual de 4,1% de Biden al 4,6% en junio de Milei. De 41° a 0°.
Guárdese en Olivos, Presi. Hasta el próximo viaje.ß
LA NACION