Jorge Macri le contestó al Papa tras las críticas por el protocolo antipiquetes

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El jefe de gobierno porteño afirmó que Francisco recibió una versión sesgada sobre el accionar de la policía en la manifestación contra el veto a la reforma jubilatoria. “No hay que escuchar una sola campana”, señaló.

El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, respondió con dureza a las críticas del Papa Francisco al Gobierno por el protocolo antipiquete y el uso de gas pimienta contra manifestantes. “Para opinar de estas cosas uno tiene que estar acá, entender lo que está pasando, tener en cuenta todas las variables en juego y no hacer un reduccionismo de un hecho o escuchar una sola campana”, señaló Macri.

En un encuentro en el Vaticano con representantes de movimientos sociales, entre ellosJuan Graboisy el titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro “Peluca” Gramajo, el papa Francisco se refirió al uso de gas pimienta durante las protestas frente al Congreso por el veto de Milei a la reforma jubilatoria, en la que policías le rociaron el producto irritante en la cara a una nena de 10 años.

Me hicieron ver un filmado de una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. No tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas… y el Gobierno se puso firme: en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta. Les convenía. Ténganlo en cuenta”, aseguró el papa.

Y analizó: “El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social y la división social abre paso a la violencia verbal, y la violencia verbal a la violencia física, y la violencia física a la guerra de todos contra todos. Ahí está la cola del diablo”.

El papa Francisco criticó con dureza al Gobierno por el protocolo antipiquete y el uso de gas pimienta contra manifestantes. (Foto: REUTERS/Yara Nardi).
El papa Francisco criticó con dureza al Gobierno por el protocolo antipiquete y el uso de gas pimienta contra manifestantes. (Foto: REUTERS/Yara Nardi).

Como el operativo policial ese día estaba respaldado por efectivos de la Policía de la Ciudad, Jorge Macri sostuvo que “de estos temas es bueno escuchar todas las campanas, no hacer reduccionismo, entender que estamos administrando una situación compleja y difícil, un momento difícil de la Argentina”. Y recordó: “Nos habíamos acostumbrado a convivir en el caos, a que cualquiera hacía lo que quería en cualquier momento”.

Es bueno ser equilibrado siempre o tener una misma mirada siempre. También leí un comentario sobre coima sí o coima no. No sé si eso es verdad… si es verdad, alguien debería denunciarlo. Ahora, pasó de todo en la Argentina, y ¿ahora justo estos comentarios? Qué sé yo. Me duele, necesitamos salir para adelante”, planteó el mandatario porteño.

Y, tras afirmar que “no quiere entrar en una discusión con el papa”, Macri concluyó : “Tenemos un orgullo de tener un papa argentino y eso debería, más que dividirnos, ayudarnos más”.

Durante el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el papa también habló de la corrupción en la Argentina y ahí contó la anécdota de un inversor al que funcionarios le pidieron coima, sin detallar si el caso ocurrió durante la gestión de Javier Milei o si se trataba de un gobierno anterior.

“Me contaba un emprendedor internacional, que estaba haciendo en Argentina unas inversiones de extensión que estaban llevando adelante, que trabajan muy bien y fue un acuerdo. Fue a presentar al ministro un nuevo plan, el ministro lo atendió muy bien y dijo ‘dejemeló, ya lo van a llamar…’”, continuó. “Al día siguiente, el secretario del ministro lo llamó, le dijo si puede pasar, ‘así lo entregamos el permiso’. Le entregó los papeles y la firma… y cuando él se estaba por levantar, le dijo: ¿y para nosotros, cuánto? La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”, sostuvo.

El sumo pontífice también se mostró preocupado por como avanza “una forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud”. “La competencia ciega por tener más y más dinero no es una fuerza creativa, sino una actitud enfermiza y un camino a la perdición. Esa conducta irresponsable, inmoral e irracional está destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos. No dejemos de denunciarla”, pidió.