Nota extraída de TN por Carlos Pagni
El gobierno quedó enredado en los piolines de una política exterior que quiso ser amiga de la dictadura y que ahora necesita dólares y tiene que ser amiga de Estados Unidos. El problema de Alberto Fernández como presidente de la CELAC.
Un avión venezolano, que antes fue de los iraníes, aterrizó en la Argentina, se tuvo que quedar por problemas de no poder cargar combustible y hubo denuncias internacionales, sobre todo de Estados Unidos, para que se investigue este avión y cuál fue el sentido del vuelo.
La Justicia investiga, no encuentra todavía pruebas demasiado contundentes respecto de que haya delitos por parte de los tripulantes, pero aparece un problema con Estados Unidos. Hay que entender bien de qué se trata.
Este avión es como si fuera un arma. Cuando un país vende armas condiciona el destino final del arma y el que quiere revenderle el arma a otro tiene que pedirle permiso al país de origen. Este avión fue vendido a Francia, de Francia a Irán, pero cuando Irán se lo vendió a Venezuela no le pidió permiso a la Boeing, a la empresa fabricante del avión, para hacer esa venta final a Venezuela. Por lo tanto, la justicia americana inicia una causa y dice: “Venga para acá este avión”.
Los venezolanos, atentos; los iraníes, obviamente, también. La Justicia argentina investiga; el gobierno americano pide entrar al avión y acá viene el dato clave: la Cancillería y el Ministerio de Justicia admiten lo que pide Estados Unidos. Podrían no haberlo admitido.
En este momento es cuando Nicolás Maduro le dice a Alberto Fernández “sos un jalabolas del Imperio, nos robaste un avión”. No la justicia, el Poder Ejecutivo. Dentro del Poder Ejecutivo, un ministro de Justicia, Martín Soria, puesto por Sergio Massa, y un viceministro, Martín Mena, que se enemista con Irán, se enemista con Venezuela, pero es un hombre de Cristina Kirchner. Importante lo de Mena en conflicto con Irán, porque fue clave en la celebración y redacción del acuerdo con Irán de la presidencia de Cristina. Está como lavando su propia historia.
Ahora se suma el gobierno de Nicaragua, otra dictadura amiga de Alberto Fernández y sobre todo de Cristina Kirchner. También le reprochan al gobierno haberse quedado con el avión venezolano iraní. Nosotros tenemos un flamante embajador argentino delante del gobierno de Maduro. Es el embajador Oscar Laborde, ligado a Cristina Kirchner ¿Salió a defender a Alberto Fernández? No, lo defiende a Maduro delante de Alberto Fernández. Dice: “Sí, sí, es la justicia la que se está quedando irregularmente con este avión”. Ahí lo estamos viendo al embajador que parece ser el embajador de Maduro ante Fernández, no de Fernández frente a Maduro.
Queda totalmente desalineado Fernández, enredado en los piolines de una política exterior que quiso ser amiga de la dictadura y que ahora necesita dólares y tiene que ser amigo de Estados Unidos y del Fondo Monetario, y que tiene un problema serio. Fernández es presidente de una confederación de países de toda la región, y está ahí gracias al voto venezolano-cubano-nicaragüense.
El 1 de diciembre tiene que presidir una reunión de esa confederación, la CELAC, en Buenos Aires. Lo invitó a Joe Biden. No va a venir. Tal vez Biden sea él, aquel al que lo insulten las tiranías y dictaduras latinoamericanas por su relación con el imperio.
Hay una vieja frase atribuida a Abraham Lincoln que dice lo siguiente: “Se le puede mentir a algunos pocos mucho tiempo. Se le puede mentir a todos poco tiempo. Lo que no se puede es mentirle a todos todo el tiempo”.