La reapertura de causas por terrorismo anunciada por Villarruel “no es agenda del Presidente” según el Gobierno

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A pesar de despegar a Javier Milei del proyecto, el vocero Manuel Adorni reconoció que la vicepresidenta lucha por este tema “desde hace años”.

En medio de crecientes tensiones dentro del oficialismo, la Casa Rosada se distanció nuevamente de la vicepresidenta Victoria Villarruel tras su anuncio de reabrir causas contra ex montoneros. Manuel Adorni, vocero presidencial, afirmó que esta iniciativa “no es agenda del Presidente de la Nación”, aunque reconoció que Villarruel lleva años luchando por este tema, el cual considera parte de su bandera política.

El anuncio de Villarruel se produjo en un acto en el Senado en homenaje a las víctimas del terrorismo, tras el escándalo generado por la visita de legisladores de La Libertad Avanza a represores presos en Ezeiza. Durante su discurso, Villarruel prometió reabrir todas las causas relacionadas con el terrorismo para que la Justicia actúe como debió hacerlo hace dos décadas. “Todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación”, declaró.

Manuel Adorni, vocero presidencial

Villarruel también criticó duramente al kirchnerismo, acusándolo de haberse enriquecido con el dolor de los argentinos al garantizarse impunidad y reescribir la historia. Su homenaje, según ella, fue un acto impensado hace 20 años y realizado en nombre de los inocentes que perdieron la vida.

En el contexto de estas diferencias, fuentes gubernamentales expresaron su malestar con Villarruel, acusándola de tener una agenda personal que compite con la del presidente Javier Milei. Además, sostienen que la vicepresidenta resalta encuestas en las que se posiciona mejor que Milei y se opone a ciertos nombramientos clave, como el del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.

Finalmente, la diputada de La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, criticó a Villarruel por no acompañar al oficialismo en ciertos momentos cruciales, sugiriendo que la vicepresidenta prioriza su imagen personal sobre el proyecto político común, lo que podría generar costos políticos importantes para el Gobierno.