La embajada de ese país negó que la llegada de camiones estuviera destinada a combatir el Covid, como dijo el portavoz Adorni; la canciller Mondino planea un viaje a fines de abril
“No afecta en absolutamente nada. Tenemos en claro cada uno de los puntos de nuestra relación con el mundo, y no entiendo por qué esto podría afectar nuestra relación”. Así respondía el portavoz Manuel Adorni, en conferencia de prensa y cuando LA NACION lo consultó sobre la parálisis en la construcción de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, que días atrás desembocó en el despido de 1800 operarios de esas mega plantas, que en conjunto suponen la obra civil más importante de China en la región.
Más allá de los paños fríos que intentó poner el portavoz oficial, y en el contexto de una relación áspera desde que Javier Milei asumiera en la Casa Rosada, la preocupación de China por el retraso en las obras es sutil pero palpable, y obligó a la Cancillería a dar una serie de gestos para calmar al gigante asiático, mientras sigue congelada, a pesar del pedido presidencial, la utilización del segundo tramo del swap de monedas, acordado con China por el gobierno de Alberto Fernández en momentos de zozobra de la economía y crisis de reservas internacionales.
Por si faltaba algo para complicar el vínculo, la embajada de China en Argentina contestó en las últimas horas unas declaraciones de Adorni, quien aseguró que 30 camiones enviados desde China habían llegado al país “para combatir el Covid” y “algo retrasados.
La sede diplomática contestó que se trataba de « información completamente incorrecta”, y que los camiones “son instalaciones logísticas de hospitales móviles de asistencia gratuita de parte del Ministerio de Defensa Nacional de la República Popular China para la Argentina”. También indicaron que el Ministerio de Defensa que encabeza Luis Petri conocía el contenido de esos envíos.
La inquietud por las represas
El martes pasado, el embajador de China en el país, Wang Wei, recibió en su residencia, frente al Parque Sarmiento, a la exgobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner. La ex gobernadora, hoy senadora, se encargó de publicitar el encuentro, en el que habló de la “incertidumbre laboral de los trabajadores de represas”, y recordó que los avances en las obras venían muy retrasados: está terminado el 45% en la represa Cepernic, sólo el 20% en la Néstor Kirchner, y un escaso 7% de la línea de Extra Alta Tensión.
El diplomático reclamó, como lo hace China en privado, que el Gobierno acelere la firma de la denominada adenda 12, una voluminosa serie de estudios geológicos y de factibilidad, “que permitirá contar con los fondos necesarios para continuar las obras” explicó la hermana del fallecido Néstor Kirchner.
La Secretaría de Energía, a cargo de Eduardo Javier Rodríguez Chirillo, fue sindicada en la conversación como la responsable de que esa adenda no se halla firmado hasta ahora, aunque las negociaciones entre el Gobierno y las empresas constructoras continúan. Sin la adenda, no hay fondos para continuar con la obra, que cuando esté en funciones le devolverá a China (en energía) los miles de millones ya invertidos.
En la misma línea de preocupación llegó a la Casa Rosada el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, que a pesar de haber desalojado del poder al kirchnerismo sostuvo el miércoles el mismo reclamo ante el ministro del Interior, Guillermo Francos. Cerca de ambos dirigentes reconocieron que las represas santacruceñas fueron parte del diálogo, y que el ministro-fiel a su estilo dialoguista-se comprometió a dar pasos en ese sentido. En relación con los despidos, en la gobernación santacruceña recordaron que el Gobierno no dictó la conciliación obligatoria, como sí lo hizo la provincia, pero la UTE que maneja las obras (mayoritariamente de capitales chinos a través de la empresa Gezhouba) no lo aceptó.
Viaje de Mondino
En la Cancillería, y atentos a la molestia de China, confirmaron por lo bajo que la ministra Diana Mondino-actualmente de viaje por el sudeste asiático-ya reservó la última semana de abril para emprender un viaje a la tierra gobernada por el presidente Xi Jinping, deseosa de disipar dudas y resquemores. No ayudó, según fuentes diplomáticas, que Mondino haya realizado un viaje de diez días por la zona, incluido Japón, rival histórico de China, sin un paso por la potencia mundial que rivaliza palmo a palmo con Estados Unidos.
La confirmación de su viaje, de la que tomó nota la diplomacia china, va en ese mismo sentido, luego de las repetidas alusiones agresivas de Milei, y su rechazo a tener vínculos políticos con “gobiernos comunistas” como el que encabeza el PC chino desde mediados del siglo veinte.
Mientras el diplomático de carrera Marcelo Suarez Salvia ya cumple funciones como embajador en Beijing, fuentes diplomáticas aseguraron que en Cancillería también decidieron el desplazamiento de Gustavo Girado, consejero durante la gestión de Sabino Vaca Narvaja, identificado con el kirchnerismo, al frente de la embajada allí. Suena para ir a China como representante adicional del gobierno el sinólogo y catedrático Jorge Malena, de buenos vínculos con la vicepresidenta Victoria Villarruel, aunque allegados al propio Malena dijeron desconocer la versión. El vínculo entre Malena y Villarruel provendría de un pasado familiar vinculado a las Fuerzas Armadas:al igual que la vice, que proviene de una familia de militares, el padre de Malena, el coronel Jorge Idalo Malena, fue justamente agregado militar en China durante el último gobierno de facto, y él mismo vivió de adolescente tres años en ese país, acompañando a sus padres.
¿ Cómo encarrilar la relación bilateral? “Suárez Salvia es un gran profesional, pero no es político ni tiene vínculo directo con (Javier) Milei ni con Mondino. Y los chinos lo saben”, analizó un funcionario ligado a la Cancillería durante el gobierno de Alberto Fernández, con una visión crítica de un vínculo atravesado por profundas diferencias ideológicas y con acuerdos multimillonarios, hoy en duda.
Crecen los préstamos al sector privado: cuál es la línea que más trepa
11 noviembre, 2024