jueves, noviembre 14

Marcelo Colombo fue designado como el nuevo jefe de la Iglesia Católica en Argentina

0
46

El arzobispo de Mendoza, quien reemplazará a Oscar Ojea, está alineado con los compromisos sociales del papa Francisco.

El arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, fue elegido como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), confirmando la alineación de la Iglesia argentina con el papa Francisco y continuando el liderazgo de monseñor Oscar Ojea, quien estuvo al frente del Episcopado en los últimos siete años.

La designación se realizó en la Asamblea General de la CEA, en Pilar, y reunió a cerca de 100 obispos de todo el país. Colombo estará acompañado por Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba, como vicepresidente primero, y César Daniel Fernández, obispo de Jujuy, como vicepresidente segundo.

La elección de Colombo es vista como una señal de continuidad en el enfoque pastoral y social de la Iglesia argentina, orientada hacia el compromiso con los sectores vulnerables y el diálogo ecuménico, en línea con el magisterio del papa Francisco. Este enfoque tiene sus raíces en la formación de Colombo bajo la tutela de Jorge Novak, el primer obispo de Quilmes, conocido por su defensa de los derechos humanos durante la última dictadura militar en Argentina.

Marcelo Colombo y el papa Francisco

Con esta elección, figuras como el arzobispo Jorge García Cuerva (Buenos Aires) y Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, quedan a la espera de otros cargos estratégicos, como las comisiones de Pastoral Social, Educación y Cáritas, que también renovarán autoridades. Los obispos destacaron el carácter digital y rápido del proceso de selección, que requiere el apoyo de dos tercios de los votos.

Colombo cuenta con una extensa trayectoria en la Iglesia argentina, habiendo pasado por las diócesis de Orán y La Rioja antes de ser promovido por el papa Francisco a la arquidiócesis de Mendoza en 2018. Su trabajo, caracterizado por un perfil austero y un compromiso con los Derechos Humanos, refleja la influencia de su mentor, Novak, de quien heredó una profunda vocación de servicio y defensa de los más pobres.