Massa, candidato presidencial: cómo llegó el oficialismo a la sorpresa que cambia el escenario del Gobierno

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Nota extraída de IProfesional por Pablo Sieira

El ministro salió ganando en la interna oficialista. Reuniones frenéticas, lanzamientos fallidos y presiones internas. Qué puede pasar con Economía

En un giro inesperado del cierre de listas para las elecciones primarias (PASO) el ministro de Economía, Sergio Massa, se convirtió en el candidato presidencial de unidad del oficialismo en una decisión concertada con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner,que intenta evitar un caos para el peronismo y pone a prueba al kirchnerismo.

La decisión se tomó luego de una reunión de Massa con Cristina Kirchner en el Senado que se intentó disimular y de una negociación que involucró a referentes del ala «albertista» en el marco de la confusión que generó en las propias filas de Unión por la Patria el lanzamiento de Eduardo «Wado» de Pedro como elegido de la vicepresidenta con el tucumano Juan Manzur como su vice durante las horas previas.

El anuncio de que Massa encabezará la única lista con el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, como vice, se hizo a través de la cuenta de Twitter de Unión por la Patria y tomó por sorpresa incluso a muchos de los dirigentes y operadores del amplio arco oficialista que venían siguiendo minuto a minuto las frenéticas negociaciones por el cierre de listas.

De Pedro estaba en carrera para las PASO al igual que Daniel Scioli, que corría con el guiño de Fernández. Los dos quedaron desplazados a partir del tuit de Unión por la Patria que les agradeció por haber apostado «a la unidad del peronismo anteponiendo lo colectivo por sobre lo individual».

El camino hacia el sorpresivo acuerdo que terminó por darle a Massa lo que buscaba hace meses -ser el candidato único del peronismo- fue caótico. El cierre de listas sería, ahora, algo más ordenado, aunque el escenario que se abre implica un desafío importante tanto para el kirchnerismo como para el Gobierno.

Massa candidato: cómo se gestó el acuerdo entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández

La filtración de la fórmula De Pedro-Manzur, alentada por figuras del kirchnerismo duro como el intendente de Ensenada, Mario Secco, fue el disparador de 24 horas de incertidumbre en el oficialismo. Del otro lado aparecía Scioli, sostenido con poco disimulo por Fernández pero decidido en lo personal a competir.

Massa y Rossi encabezan la fórmula única de Unión por la Patria tras un sorpresivo acuerdo en la cúpula oficialista 

El silencio de Cristina Kirhner y la desilusión que se respiró tanto entre gobernadores e intendentes peronistas como entre la base de votantes del kirchnerismo con la figura de Manzur sugirieron que nada estaba cerrado para la mañana de este viernes.

El acuerdo se terminó de cerrar en el despacho de Cristina Kirchner en el Senado, por el que pasaron numerosos dirigentes en los últimos días. Massa arribó cuando ya caía la noche y, cuando el encuentro se filtró, la presidenta de la Cámara de Diputados y colaboradora del tigrense, Cecilia Moreau, publicó una foto junto a su jefe político para desmentir los rumores.

Más allá de los participantes, fue en rigor un acuerdo entre los tres fundadores del Frente de Todos, hoy llamado Unión por la Patria, en 2019. Massa llegó con el apoyo de gobernadores peronistas como Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Raúl Jalil (La Rioja), que ya le habían pedido a Fernández bajar a Scioli y llevar al ministro como candidato único del peronismo, para luego hacerle el mismo planteo a Cristina Kirchner. 

El gran mediador entre Fernández y Cristina Kirchner (padrino y madrina de Scioli y De Pedro, respectivamente) fue el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, operador histórico del peronismo porteño que ayudó destrabar el acuerdo entre ambos para evitar la PASO y unificar el apoyo al tercer socio del frente oficialista, con toda la estructura peronista detrás.

La negociación por las listas: De Pedro senador y diputados albertistas  

Según pudo reconstruir este medio, la mediación de Olmos abrió el juego entre el Presidente y su vice, después de meses de incomunicación y pulseada interna. Fernández pidió la vicepresidencia (tal y como había revelado Quintela horas antes sobre la charla con el mandatario) y lugares en la lista de diputados. Propuso a Rossi, quien a pesar de integrar hoy las filas «albertistas» es apreciado por La Cámpora y las bases del kirchnerismo.

La vicepresidenta aceptó y ubicó a De Pedro como primer candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires. A Manzur le tocaría la deslucida lista de candidatos al Parlasur. Scioli, de acuerdo a las fuentes consultadas, no pidió nada.

El acuerdo incluyó a De Pedro como candidato a senador y lugares para el albertismo en la lista de diputados

La cabecera de la lista de diputados quedó abierta durante el encuentro, con un lugar reservado para Máximo Kirchner, que concluye su mandato, pero el albertismo tendrá lugares para la ministra Victoria Tolosa Paz (que iba de candidata a gobernadora de Scioli) y el canciller Santiago Cafiero, mano derecha del Presidente.

El acuerdo se hizo en el despacho de Cristina Kirchner, pero la vicepresidenta dio señales de haber cedido para unificar al peronismo y evitar el caos que prometía de la división entre la fórmula de De Pedro y la de Scioli en el cierre de listas, particularmente en la provincia de Buenos Aires, donde el ex motonauta representaba un problema particularmente para los intendentes en el cierre de listas.

Al mismo tiempo, Massa queda como el ganador de la prolongada interna oficialista. Se llevó la candidatura mayor luego de haber agarrado el fierro caliente de la economía en un momento en que varios dijeron haber temido la caída del Gobierno y a pesar de que el índice de inflación por arriba del 100% parecía bloquearle el camino.

El nuevo escenario que se abre para todo el Gobierno: el frente económico contra la coyuntura electoral

Massa afirmaba ante quien lo quisiera escuchar que el oficialismo debía evitar una interna en las PASO por el riesgo de que Javier Milei saliera de esa instancia como el candidato individualmente más votado y generara un terremoto económico y financiero que, para colmo, le cerrara al peronismo el ingreso al balotaje.

Si bien consiguió imponer esa visión, tanto el riesgo electoral como el económico siguen ahí. En su intento previo por disimular su deseo de meterse en la carrera presidencial, Massa había dicho que esa candidatura y el cargo de ministro de Economía son «incompatibles». Después del anuncio, esa idea se relativizó en su entorno, según supo iProfesional. 

Los movimientos del flamante candidato presidencial serán clave de aquí al lunes, cuando abran los mercados. Por ahora, piensan apostar a una campaña basada «en la gestión». Las fuentes consultadas deslizan que la línea sería la del mensaje de texto que Massa le envió a su equipo horas antes del anuncio y que se filtró a la prensa: «El lunes habrá listas y nuestro laburo sigue igual».

El acuerdo tripartito será puesto a prueba en la economía y en la base electoral del kirchnerismo puro 

Ese desafío es medular para el Gobierno de cara a la finalización del mandato en diciembre, especialmente en un contexto en que la candidatura de Massa garantiza el apoyo del aparato peronista (gobernadores, intendentes y la CGT en pleno celebraron el anuncio) pero pone a prueba la fidelidad del voto kirchnerista.

Un desafío para Cristina Kirchner y su base electoral

Allí se encuentra la base más fuerte del oficialismo. Es la razón por la que Cristina Kirchner se erigió inmediatamente como la principal armadora de Unión por la Patria y por la que Massa se acercó a ella cuando Fernández se plantó con la idea de que la candidatura se definiera en las PASO.

Todos saben que Massa no es un hombre de Cristina Kirchner, que tiene una visión de la economía más amigable con el mercado y el empresariado de lo que al kirchnerismo puro le gusta y que, además, es la cara del país ante el FMI al que la tropa de la vicepresidenta combate discursivamente con insistencia.

Aunque intente evitar la nominación del candidato como lo hizo en su momento con Alberto Fernández para no repetir la historia que terminó en desilusión para su base electoral, Cristina Kirchner deberá en algún explicar su apoyo a Massa frente a sus votantes para que la alquimia electoral tenga el efecto que el peronismo espera: ganar o, en el peor de los casos, evitar una derrota catastrófica.

Los primeros reflejos del ala más progresista del Gobierno ante el sorpresivo anuncio los mostró el dirigente social Juan Grabois, que bajó su candidatura para apoyar a De Pedro y horas después se volvió a subir, sin ocultar su enojo con la decisión de llevar a Massa al tope de la boleta.

Posiblemente el fundamento de la vicepresidenta y los dirigentes que la rodean sea el que ya sugirió durante los incidentes acontecidos en Jujuy: que Juntos por el Cambio representa el regreso a la Alianza y la crisis de 2001, potenciado además por la presencia del libertario Javier Milei.

Es posible que la fidelidad de sus votantes se imponga, como ya ocurrió cuando los sorprendió con Alberto Fernández en 2019, incluso a pesar del resultado que está a la vista. Pero Massa también deberá moverse para ayudar a contener a esa base electoral. El objetivo de meterse en el balotaje todavía no está garantizado. La campaña empezó con todo.